Liderazgo
El ansia de poder de Laura Borràs divide a Junts
Negociaciones a contrarreloj entre el círculo de la presidenta del Parlament y Jordi Turull para consensuar una lista y disimular la profunda fractura existente en la dirección del partido
La renovación del liderazgo de Junts se ha convertido en un camino de lo más tortuoso para la posconvergencia: el ansia de poder de Laura Borràs, quien busca ocupar un puesto con funciones ejecutivas dentro de la cúpula, han tensado las costuras del partido, al borde de la división total ante el congreso del 4 de junio.
El reloj ha empezado a correr y este martes a las 16:00 horas finaliza el plazo para presentar candidaturas. A estas horas no hay acuerdo y siguen las conversaciones entre los círculos de Borràs y Turull para tratar de llegar a un pacto de mínimos y evitar el cisma.
Sea como fuere, lo cierto es que la división es palpable y profunda en una formación que debe decidir su rumbo tras el paso atrás de Carles Puigdemont y la pérdida de un peso pesado como Elsa Artadi, vicepresidenta de Junts, excandidata a la alcaldía por Barcelona y la eterna aspirante al trono de la posconvergencia.
Y el punto de conflicto son las exigencias de Borràs: en un inicio, la presidencia parecía escogida para ella y el puesto de secretario general para Jordi Turull. Sin embargo, el primero es un puesto de cariz institucional, hecho a medida de Puigdemont y sin capacidad ejecutiva directa, algo que la presidenta del Parlament rechaza de plano.
«El cargo institucional que tengo es el segundo más importante de país y el de mayor rango en Junts. Parece lógico y la militancia considera que es de justicia que los liderazgos por los que ha apostado también tengan algo que decir», aseguró la dirigente en una entrevista en «La Vanguardia» este fin de semana y después de que ni ella ni su entorno firmaran un manifiesto promovido por más de 200 altos cargos a favor de la unidad y del reparto inicialmente previsto.
Turull, por su parte, cuenta con el aval de los principales cuadros orgánicos de la formación, aunque entre las bases se ve con cierto recelo su pasado vinculado a Convergència.
Si finalmente no llegaran a un pacto «in extremis» y Turull y Borràs optaran a liderar el partido por separado, se visibilizaría una imagen de fractura que muchas familias querían evitar empezando por el secretario general saliente Jordi Sànchez, que este lunes advirtió que, «si no puede concertar el mínimo común múltiple, el futuro del partido es muy descriptible».
Los que quieran presentarse al congreso pueden hacerlo a la presidencia, con el nombre de cuatro vicepresidencias; a la secretaría general, junto con la secretaría de Organización y la de Finanzas, y al resto de la dirección, integrada por 18 personas.
A la pugna abierta por el liderazgo y por quién ocupa más espacio de poder en Junts hay que añadirle los choques internos y la disparidad de opiniones sobre la estrategia y la hoja de ruta a seguir: si la desobediencia más activista (Borràs) o la gestión del día a día para confrontar también con Esquerra, al frente del Govern.
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