Cisma
El ultimátum de Junts y su amago de ruptura sacuden al Govern de Aragonès
El president saca el tema en la reunión semanal del Ejecutivo y pide concreción y responsabilidad a los consejeros posconvergentes tras el órdago lanzado en público por Borràs y Turull
Día de resaca en el Palau de la Generalitat después de que el curso político haya arrancado convulso, con Junts amagando de nuevo con la ruptura y dando un mes de plazo para redirigir el rumbo del “procés” hacia otro envite con el Estado.
La crisis, seria por el contexto y la polémica que arrastra el círculo de Laura Borràs, ha sido protagonista en la primera reunión semanal del Ejecutivo tras las vacaciones. El propio Pere Aragonès ha sacado el tema ante sus consejeros y ha pedido concreciones al partido posconvergente, propuestas específicas para contrarrestar su desafío. Es decir, el president ha mostrado predisposición para escuchar las demandas de Junts a quien ha pedido, eso sí, “máxima responsabilidad”.
Así lo ha admitido la portavoz del Govern, Patricia Plaja, en una rueda de prensa monopolizada por las preguntas acerca del enésimo cisma entre socios independentistas. De puertas hacia afuera, la dirigente ha puesto en acento en la necesidad de trabajar “conjuntamente” para elaborar, por ejemplo, los presupuestos de 2023. También se ha referido a los “objetivos compartidos” de acordar un “referéndum pactado y vinculante” para conseguir “la independencia”, palabras para tratar de apagar un importante fuego en el Palau de la Generalitat.
“Como president, siempre estará dispuesto a escuchar propuestas concretas de todo el mundo, especialmente en el ámbito de la resolución del conflicto con el Estado”, ha intentado zanjar la portavoz.
Eso sí, desde el gabinete de Pere Aragonès recuerdan este martes que la relación con el Gobierno de Pedro Sánchez no ha avanzado al ritmo deseado a lo largo de este último año. “Ha habido altos y bajos”, aseguran sobre la vía de negociación abierta. “Hay espacio para la autocrítica y para la mejora”, ha repetido la portavoz para dar respuesta al órdago de Junts.
Por el momento, desde el Govern aseguran que su trabajo diario sigue con total normalidad y el objetivo del president es lograr aprobar los presupuestos del 2023 en tiempo y forma, antes del 31 de diciembre en el Parlament.
Sin embargo, el horizonte político se avecina complicado de nuevo: los posconvergentes ganan algo de tiempo y se dan de margen hasta el debate de política general del Parlament –fijado para finales de septiembre, justo antes del quinto aniversario del 1-O– para debatir sobre su continuidad dentro del Ejecutivo de la Generalitat.
Un cisma abierto después de que este lunes Junts reuniera a su ejecutiva en la localidad costera de Pals y debatiera sobre la auditoría que han elaborado para cuantificar el grado de cumplimiento del pacto de Govern. El resultado fue un aprobado en términos de gestión, un suspenso en el “procés” y un serio aviso a ERC: “Así no podemos seguir”, resumió el secretario general del partido, Jordi Turull, en rueda de prensa.
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