Salud mental y obesidad

Los antidepresivos pueden hasta duplicar el riesgo de desarrollar obesidad

Un estudio pone de relieve la importancia de contemplar alternativas a los fármacos para tratar la depresión siempre que sea posible, como terapia o el acompañamiento para la adopción de hábitos de vida saludables

DE izquierda a derecha, los investigadores que han participado en el desarrollo del estudio: Gabriela Lugon, Camille Lassale y Roberto Elosua
DE izquierda a derecha, los investigadores que han participado en el desarrollo del estudio: Gabriela Lugon, Camille Lassale y Roberto ElosuaHospital del Mar

España es, junto a Portugal y Suecia, uno de los países europeos con un mayor consumo de antidepresivos, unos fármacos muy eficaces para el tratamiento de algunas de las enfermedades mentales más prevalentes, sobre los que, sin embargo, hay evidencia sobre su relación bidireccional con la obesidad. Es decir existe una tendencia a desarrollar sobrepeso u obesidad entre quienes consumen antidepresivos y, paralelamente, quienes sufren obesidad tienen un mayor riesgo de acabar desarrollando depresión.

Ante esta evidencia y puesto que se trata de dos de las enfermedades más prevalentes a día de hoy en nuestra sociedad, investigadores del Institut de Recerca del Hospital del Mar han desarrollado un estudio para demostrar la relación que existe entre los antidepresivos y el incremento de peso.

Al respecto, la doctora Camille Lassale, investigadora del Institut de Recerca del Hospital del Mar y del Instituto de Salud Global de Barcelona, centro impulsado por la Fundación "la Caixa", explica que "ya existía evidencia acerca de los efectos secundarios de los antidepresivos y su relación con el peso, sin embargo ésta provenía de estudios a corto o medio plazo". Ahora, los investigadores han llevado a cabo un estudio en el que han participado 3.127 personas adultas, a las que se les ha hecho un seguimiento durante 6 años, lo cual ha permitido analizar esa relación a largo plazo.

Se duplica el riesgo

Y los resultados de este trabajo indican que del total de participantes, un 16,4% tomaban antidepresivos, algunos de forma continuada durante todo el seguimiento (5,1%) y otros empezaron durante el estudio (6,2%) o bien ya tomaban y dejaron de hacerlo (5,1%). De forma promedia, en el global de todos los casos, se registró un incremento de peso de medio kilo durante esos 6 años y "cuando se contrapuso el grupo de aquellos participantes que tomaban antidepresivos con el de quienes no consumían este tipo de fármaco, lo que se vio es que la subida de peso era mayor entre aquellos que estaban en tratamiento", explica la doctora.

Concretamente, ese incremento extra del peso era de un 1,8% entre aquellos participantes en el estudio que consumían antidepresivos al inicio y posteriormente lo dejaron y del 2% entre los que empezaron a tomarlos durante el seguimiento y los que los tomaron de forma continuada a lo largo del mismo. Además, "quienes hacía un uso continuado de estos fármacos tenían el doble de probabilidad de desarrollar obesidad", indica Lassale.

En definitiva, a tenor de los resultados de este trabajo, "todas las personas que tomaban antidepresivos tenían más riesgo de aumentar de peso y de desarrollar obesidad, un riesgo que se incrementa en el caso de quienes lo hacen de forma continuada", comenta la investigadora, quien acerca de estos resultados aclara que antes del inicio del seguimiento, se descartaron a aquellos participantes con obesidad y el trabajo ha tenido en cuenta la ya conocida relación entre depresión y obesidad, así como otros factores asociados como la baja adherencia a dietas saludables o la falta de ejercicio físico.

Contemplar otras opciones

Ante esta evidencia, la doctora Lassale, pese a confirmar la eficacia de los antidepresivos, pone de relieve "la importancia de considerar alternativas no farmacológicas en el abordaje de la depresión, como podría ser la psicoterapia y la adopción de estilos de vida saludables, que pasarían por hacer ejercicio y cambiar la dieta, ya que se ha visto que tienen beneficios a la hora de reducir la ansiedad y la depresión".

Por lo tanto, para la investigadora, este estudio confirma la idoneidad de "pensar en un abordaje holístico de la depresión, que contemple terapia y un acompañamiento en los estilos de vida, y si es necesario recetar fármacos, lo adecuado es monitorizar y hacer seguimiento del peso del paciente" para prevenir un aumento del mismo y un posible desarrollo de obesidad, una enfermedad muy prevalente en nuestros días que supone un factor de riesgo para la aparición de otras patologías.

Además, como apunta Lassale, "una subida de peso pone en riesgo la adherencia de los pacientes al tratamiento", de manera que, por todo ello, es clave contemplar alternativas a los antidepresivos siempre que eso sea posible. Y de no ser posible, en función del fármaco hay una mayor o menor afectación sobre el peso, de manera que sería adecuado recetar, en la medida de lo posible, aquel con un menor riesgo de desarrollar obesidad asociado.