Encuesta municipal

Colau, contra las cuerdas a falta de seis meses para las elecciones en Barcelona

Los barceloneses suspenden por primera vez la gestión de comunes y PSC al frente del Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Barcelona se reúne con agentes económicos tras la cancelación
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, durante la con agentes económicos tras la cancelación del Mobile World Congress, en Barcelona (Catalunya / España), a 14 de febrero de 2020.14 FEBRERO 2020;MWC;COLAU.Pau Venteo / Europa Press14/02/2020Pau VenteoEuropa Press

A la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se le está haciendo cuesta arriba la última etapa de la legislatura. El desgaste de casi ocho años al frente de la capital catalana empieza a hacerse patente en el barómetro municipal publicado esta mañana. En esta ocasión, por cortesía electoral, el Ayuntamiento no ha preguntado por la intención de voto, pero sí por la valoración de la gestión municipal del tándem comunes-PSC. Es decir, Ada Colau y Jaume Collboni. Y, por primera vez a lo largo de su mandato, suspenden. Más de la mitad de los barceloneses (50,4 %) creen que esa gestión es mala o muy mala, de acuerdo con el barómetro municipal de diciembre de 2022. Este porcentaje ha subido tres puntos respecto a junio de este año: entonces, el 47,1% de los ciudadanos de Barcelona pensaban que la gestión del gobierno municipal era mala o muy mala.

Respecto a los problemas de los barceloneses, repiten al frente de la clasificación la inseguridad y la limpieza. Según la encuesta realizada por el Ayuntamiento de Barcelona, la inseguridad acumula un 24,8% de las respuestas (hace seis meses eran un 22%) y la limpieza un 15,8% (en el último barómetro eran un 11,5%). Para el teniente de alcalde y concejal de Presidencia, Jordi Martí, existe una dicotomía entre la percepción de los barceloneses sobre estos y otros problemas, como la economía, y los datos objetivos en términos delincuenciales, de paro, o el PIB que muestran una tendencia positiva. “El reto es darle la vuelta. Los datos son más positivos que las percepciones y, por tanto, aquí queda camino por recorrer”, asegura.

En este contexto, quienes avalan la gestión política municipal y la encuentran buena o muy buena (35,0 %) baja prácticamente cuatro puntos si tenemos en cuenta la encuesta de hace seis meses (38,9). Aquellos que valoran como normal la gestión de comunes y socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona representan el 11,5% de los entrevistados, dos décimas menos que cuando se preguntó en junio del año pasado (11,7%). Estos porcentajes, en cualquier caso, son bastante más transversales de lo que podría parecer, ya que se repiten, casi calcados, en la valoración de la Generalitat y el Gobierno.

En la encuesta de este barómetro municipal, un 66,4% de los encuestados cree que la imagen de Barcelona ha empeorado, mientras que un 20,5% cree que ha mejorado. Con la mirada puesta en el futuro, la proporción se invierte: más de la mitad de los encuestados (53,6 por ciento) piensan que Barcelona mejorará, mientras que un 33,5 por ciento considera que la ciudad irá a peor. En cuanto a la evolución de la coyuntura económica, un 63,1% de los barceloneses consideran que en el último año ha empeorado la situación económica de la ciudad frente al 21,9% que cree que ha mejorado. La nota positiva surge cuando se pregunta si se cree que la situación mejorará o empeorará el próximo año, ya que un 41,6 % cree que irá hacia mejor mientras que un 40,6 % piensa que lo hará hacia peor.

La mala percepción de la limpieza de la ciudad llega, paradójicamente, después de que el Ayuntamiento aprobase hace unos meses un ambicioso plan de choque. En marzo comenzó a desplegarse y en septiembre alcanzó todos los rincones de la ciudad. Estos cambios (más trabajadores, mejor maquinaria y mayor frecuencia), no han evitado que los barceloneses otorguen la peor nota de la serie histórica: de hecho, no fue hasta diciembre del año pasado que la limpieza comenzó a despuntar como uno de los principales problemas.

Por lo que se refiere a la inseguridad –que se mantiene por décimo barómetro como principal problema de la capital catalana, también ha crecido en comparación con la última encuesta. Y lo hace después de que el Ministerio del Interior hiciese públicos los datos de delincuencia en las capitales de provincia españolas. Barcelona presenta una doble realidad, si bien es la ciudad en la que más se han reducido los delitos, un 22% menos, en términos absolutos lidera las infracciones penales por millón de habitantes. Quizás por ello, pese a que el 24,8% de los barceloneses consideran que es el principal problema de la ciudad, estas cifras están lejos del 27,4% de 2019.

El acceso vivienda (7,6), gestión política municipal (6,6) y gestión y organización del tráfico (4,6). La organización del tráfico, supermanzanas mediante, comienza a despuntar pese a que no se introdujo en la encuesta hasta junio de 2021. Desde entonces no ha hecho más que avanzar posiciones en el listado de principales problemas para los ciudadanos. Hace año y medio era el 13º problema (2,4 %); en diciembre de 2021 era la 7ª preocupación (4%), misma posición que en el barómetro de junio de este año (3,4%). Ahora, ya es el quinto mayor problema para los barceloneses.