Elecciones a la vista

Colau aprueba los presupuestos de Barcelona entre guiños a ERC y réplicas a Collboni

Los socialistas se alinean con toda la oposición para votar en contra de las supermanzanas

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante una sesión plenaria del Consejo municipal del Ajuntament de Barcelona
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante una sesión plenaria del Consejo municipal del Ajuntament de BarcelonaDavid ZorrakinoEuropa Press

El pleno de diciembre en el Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado de forma definitiva el presupuesto municipal para 2023, que roza los 3.600 millones. Lo ha hecho por mayoría simple con los votos a favor de ambos socios de gobierno (BComú y PSC) y la abstención de ERC, que ha pactado un fondo de 100 millones con medidas sociales, económicas e inversiones en los barrios. Las últimas cuentas del mandato han recibido el voto contrario de Junts, Ciutadans, PP y Valents. La distancia entre comunes y socialistas, sin embargo, cada vez es más patente. Hasta el punto de que el PSC se alineó contra las supermanzanas con toda la oposición como si no hubiese formado parte del equipo de gobierno las dos últimas legislaturas.

Con la votación, el gobierno de Ada Colau (BComú) y Jaume Collboni (PSC) ha logrado aprobar los cuartos presupuestos del mandato en el plenario, mientras que en la legislatura anterior tuvo que valerse de mociones de confianza para ello. Al término del debate, Colau ha enviado un agradecimiento “muy especial” a ERC, con quien ha dicho que se han acordado los contenidos de todos los presupuestos. “Es bueno el acuerdo estable entre las fuerzas de gobierno y Esquerra”, ha afirmado Colau.

La alcaldesa también ha aprovechado para replicar al primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, que minutos antes había destacado que las cuentas se han aprobado este mandato “con geometría variable” por los votos a favor de Junts y Barcelona pel Canvi (ahora Valents) o una abstención del PP. “No ha habido geometría variable” ha sentenciado Colau, sino la suma de fuerzas de izquierdas.

Más que de números, sin embargo, el debate ha estado marcado por la proximidad de las elecciones municipales del 2023. “Hoy facilitamos, mañana gobernaremos y gestionaremos este presupuesto imperfecto”, espetó Ernest Maragall (ERC). El líder republicano ha insistido en que la abstención no es “un acuerdo de fondo” porque han tenido poco margen para influir en un presupuesto. “La distancia entre nuestro proyecto y el de Colau y Collboni no para de crecer”, ha dicho.

El concejal de Presupuestos, Jordi Martí (BComú), ha pedido a Maragall que en el próximo mandato se puedan seguir encontrando las mayorías de izquierdas que han permitido aprobar las cuentas hasta ahora: “Pongamos en valor las coincidencias más que las diferencias”. A su vez, el socialista Collboni dijo que les hubiera gustado tener un acuerdo más amplio para el presupuesto del 2023, que es el aprobado con menos votos a favor.Desde Junts, Ferran Mascarell ha justificado el voto en contra para hacer valer que “otra forma de gobernar es posible”. “Este presupuesto da continuidad a un proyecto de ciudad que una mayoría no queremos”, ha afirmado. El líder de Cs, Paco Sierra, ha dicho que, pese a la abstención, ERC es “el socio preferente” de Colau y Collboni porque “son lo mismo” y ha destacado que su partido ha votado siempre en contra de los presupuestos.El popular Josep Bou ha recriminado al gobierno que el presupuesto es “electoralista” con “grandes cifras y dotaciones mediocres por lo que necesita la ciudadanía”. Desde Valents, Eva Parera ha criticado que no se haya buscado el máximo consenso sino una moneda de cambio para tener cuentas en todas las administraciones: “No es el presupuesto de Barcelona, es el del tripartito”. Collboni ha recordado a Parera que su grupo votó dos veces a favor de las cuentas: “Tienen parte de corresponsabilidad”.

Además del presupuesto, el plenario también ha dado luz verde a las ordenanzas fiscales para 2023, que prevén una congelación de tasas e impuestos municipales. Además, se mantiene la bonificación del 75% de la tasa de terrazas y, como novedad, existirá la opción de pagar los tributos municipales con una tarifa plana. El punto salió adelante con la abstención de ERC y el voto en contra del resto de la oposición, que criticó la presión fiscal por elevada.

¿Adiós a las supermanzanas?

El pleno de Barcelona de este viernes ha aprobado una proposición de Junts que pide parar la implementación de las ‘supermanzanas’ en la ciudad, con el voto a favor del PSC y del resto de grupos de la oposición, y solo se ha desmarcado BComú.

La iniciativa que se ha votado es la misma que se aprobó en la última comisión de Urbanismo, que los socialistas pactaron con Junts, y en la que se precisa que se paren las nuevas licitaciones de obras y proyectos hasta que no se evalúe el impacto de la medida.

El portavoz de Junts, Jordi Martí, ha celebrado que el PSC haya “rectificado”, por eso les ha instado a parar las obras y evaluar los impactos, y ha alertado a los comuns haberse quedado solos defendiendo las ‘supermanzanas’. La tercera teniente de alcalde y concejal socialista, Laia Bonet, ha reiterado que no se puede “seguir avanzando en este modelo sin evaluar que, además de buenas políticas, son realmente transformadoras”.

Ha defendido su apuesta por reducir la contaminación, pero considera que la iniciativa limita el espacio para el transporte público, provoca un desequilibrio en la inversión en los barrios, y “genera calles y barrios de primera y de segunda y rompe la lógica de la equidad”.

Por su parte, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz (BComú), ha reprochado a PSC y ERC defender “políticas negacionistas y retardistas” en clave electoral, y considera que la iniciativa de Junts propone volver al pasado donde cree que solo se priorizaba la contaminación.

El Ayuntamiento también ha aprobado una proposición de ERC -con el apoyo de todos los grupos excepto de Valents y la concejal no adscrita, Marilén Barceló-que constata que “las medidas del Gobierno municipal no han sido suficientes para luchar contra la contaminación”. Además, el pleno de este viernes ha empezado con un minuto de silencio para rechazar la violencia machista y vicaria de este año.