Historia

Los insólitos agujeros de tacón que aún recuerdan la historia de la prostitución en Barcelona

Durante décadas, la prostitución marcó el suelo de la Rambla con unas huellas en el mármol que aún hoy se conservan como memoria viva

CC BY 3.0 / Thom Quin
Zona de La RamblaCC BY 3.0 / Thom QuinCC BY 3.0 / Thom Quin

Barcelona es una ciudad repleta de secretos a pie de calle. Rincones con historia, detalles ocultos y curiosidades urbanas que, a menudo, pasan desapercibidas para quienes no saben dónde mirar.

Uno de los ejemplos más sorprendentes está en plena Rambla de Barcelona, concretamente en los números 22 y 24, donde unos agujeros en el mármol durante años contaron una historia que muchos han querido borrar… y otros, preservar.

Se trata de los conocidos como “agujeros de tacones de prostituta”, una marca insólita en el paisaje urbano que fue causada, literalmente, por décadas de taconeo constante en los portales de estos edificios.

Durante buena parte del siglo XX, la parte baja de la Rambla era uno de los epicentros de la prostitución en Barcelona, un lugar frecuentado por marineros de la sexta flota norteamericana y por muchos otros visitantes y vecinos.

Un vestigio físico del pasado de Barcelona

Estos agujeros de prostitución visibles en el mármol no eran una intervención artística ni un accidente. Fueron resultado directo de la actividad de las prostitutas, que esperaban a sus clientes apoyadas siempre en el mismo punto, subiendo y bajando con sus tacones de aguja. A lo largo de los años, ese gesto repetido terminó erosionando el mármol hasta dejar una marca indeleble.

Durante décadas, los vecinos y comerciantes del Gòtic convivieron con estas señales. En los años 90 y 2000 se inició un debate sobre qué hacer con ellas: ¿borrar el pasado o conservarlo como testimonio de la historia social de la ciudad? La respuesta no fue sencilla.

¿Qué pasó con los agujeros?

Finalmente, los propietarios de los inmuebles, entre ellos la familia propietaria del mítico restaurante Amaya, decidieron retirar las losas de mármol durante la reforma del local en 2016.

Sin embargo, lejos de destruirlas, optaron por una solución diferente: colgaron los mármoles originales con marcas de prostitución en la entrada del restaurante, como parte de un pequeño homenaje a una Barcelona que fue real, compleja y humana.

Este gesto convirtió el restaurante en un pequeño museo accidental del barrio, donde turistas y barceloneses curiosos pueden acercarse a observar de cerca estos “agujeros de tacón” y descubrir una parte de la historia de la prostitución en el Gòtic y la Rambla, una etapa que formó parte de la vida urbana durante muchos años.

La Rambla: mucho más que una calle turística

La Rambla es hoy conocida por ser la calle con más turistas de Barcelona, pero su historia está marcada por luces y sombras. Desde los cafés literarios del siglo XIX hasta los episodios más marginales, este emblemático paseo ha sido testigo de todo tipo de escenas urbanas.

Los agujeros de tacón son solo una muestra de cómo la historia social de Barcelona se graba literalmente en sus calles, con detalles tan inesperados como reveladores.

Hoy, este rincón del Gòtic se suma a los muchos lugares que recuerdan que, más allá del turismo, la ciudad es también memoria viva.