Exposición imprescindible

Conozca la naturaleza gracias a Picasso, Miró y Dalí

Una exposición reflexiona sobre el medio ambiente con los grandes maestros del Centro Pompidou de París

GRAFCAT4533. BARCELONA, 28/09/2023.- Más de 80 obras seleccionadas por el Centro Pompidou y la Fundación "La Caixa" se muestran en la exposición del Caixaforum de Barcelona "Arte y naturaleza. Un siglo de biomorfismo", que propone un recorrido por el arte del siglo XX e inicios del XXI, a través de un diálogo entre ambas realidades y que recoge también la preocupación actual por el medio ambiente. EFE/Andreu Dalmau
Pinturas de Le Corbusier y Picasso en diálogo con esculturas de Jean ArpAndreu DalmauAgencia EFE

El arte y la naturaleza han ido siempre de la mano desde que unos hombres empezaron a pintar bisontes dentro de una cueva. CaixaForum Barcelona se acerca más a nuestro tiempo pero manteniendo este diálogo en una gran exposición. Eso es lo que podemos encontrar en «Arte y naturaleza. Un siglo de Biomorfismo», una muestra que nos permite seguir el arte de los siglos XX y XXI de la mano de algunos de los grandes maestros de este periodo, todos ellos pertenecientes a los fondos del Centro Pompidou de París. Es decir, tenemos unos guías excepcionales en este recorridos que se llaman Picasso, Miró, Dalí, Calder, Brassaï, Le Corbusier, Georgia O’Keeffe, entre muchos otros. Todo ello con pintura, escultura, cine, diseño y arquitectura, así como instalaciones que dibujan una propuesta excepcional gracias a las 80 piezas que ocupan las salas del centro.

No es nada gratuito que la muestra se abra con la estadounidense Georgia O’Keeffe, alguien que hizo de la naturaleza el principal terreno en el que encontrar los temas de su producción plástica. Es «Red, Yellow and Black Steak», una composición de 1924, un paisaje casi onírico de montañas en vista panorámica.

Una de las obras maestras de la muestra es «El asno podrido», una pintura de 1928, de un Salvador Dalí que ya ha puesto los pies en el grupo surrealista de París. Sin embargo, en esta pieza aún colean algunos de los temas que Dalí había estado tocando antes de entregarse a los brazos de André Breton, como el burro podrido o putrefacto, una referencia despectiva al «Platero y yo» de Juan Ramón Jiménez. También nos encontramos, siempre y cuando el espectador se fije con detalle, el rostro oculto de Federico García Lorca. Una de las particularidades de esta pintura sobre madera es la integración de la arena de Cadaqués como un elemento más.

Resulta fascinante poder contemplar en el apartado escultórico algunos trabajos de Jean Arp en diálogo con el «Hombre Cactus» de Julio González, así como con piedras y mármoles de Brassaï, un artista más conocido por sus fotografías, pero que en el campo de la escultura también logró destacar, en parte gracias a la ayuda que le ofreció Pablo Picasso.

Precisamente el malagueño tiene una destacadísima presencia de la mano de cuatro piezas, entre ellas el imponente óleo «El balancín» de agosto de 1943, una de las composiciones que el artista realizó mientras París estaba ocupada. Es muy probable que aquí nos encontremos con uno de los primeros retratos que Picasso dedica a quien fue su pareja en este periodo, la también artista Françoise Gilot a quien había conocido en marzo de ese año.

Si hubo un creador que supo beber de la naturaleza ese fue Joan Miró, otro de los grandes invitados a Caixa Forum Barcelona, en esta ocasión con telas que nos hablan de la metamorfosis de la naturaleza, como es el caso de «Grupo de personajes en el bosque» de 1931.

El mundo de en ruinas que se adueñaba de la humanidad en el meridiano de la Segunda Guerra Mundial surge en «El palacio con rocas de ventanas», un hermoso título para una extraordinaria composición de 1942 de Yves Tanguy.

Por sus dimensiones imponentes merece destacar «Four Leaves and Three Petals», uno de los más hermosos móviles de Alexander Calder y donde el escultor estadounidense demostró su compromiso con las fuerzas que sostienen la naturaleza, todo ello mediante una serie de hierros que acaban erigiéndose como un lírico árbol coronado por tres pétalos de color.

No todo es vegetación. También surge la pequeña y gran fauna de la naturaleza «retratada» por Vassili Kandisnki. Son formas orgánicas de numerosos colores, como si fueran pequeños animalitos, casi insectos, que nos surgen sobre un mironiano fondo azul en «Bleu de ciel», de 1940, una tela que parece una tapicería de flores o una porcelana china.