Opinión

El Ejército es la paz

Un encendido elogio a nuestros soldados

Una formación del ejército rinde honores mientras se iza la bandera de España en el Palacio de Capitanía de Barcelona con motivo de la celebración de la Pascua Militar.
Una formación del ejército rinde honores mientras se iza la bandera de España en el Palacio de Capitanía de Barcelona larazon

El título de este artículo no es un tópico ni menos una contradicción: el Ejército es el garante de la paz y el preservador de nuestras libertades.

Pero no sólo eso, por lo menos para quienes hemos tenido la honra de vestir con uniforme. Verán, en mis activaciones como reservista voluntario, sufrí una inexplicable mutación. Me ponía el uniforme y el chip, como dirían los modernos, cambiaba. Era un Teniente, cumplía órdenes y las transmitía.

Esta semana, muy dura para mí, coincidió con la convocatoria de la reunión de Embajadores de la Marca Ejército. Acudí al edificio de la antigua Capitanía General y nada más entrar, me liberé mentalmente de mis preocupaciones, y ahora de paisano como Embajador de la Marca Ejército, me disponía a escuchar, aprender y transmitir lo aprendido.

Aprender que el Ejército es:

Necesario. Porque son necesarios nuestros más de 2.000 soldados repartidos por el mundo en diferentes misiones, desde Líbano hasta Mali, pasando por las fronteras de los mismísimos países de la OTAN en situación de riesgo.

Eficaz. Porque su trabajo diario es un entrenamiento que les permite actuar con gran rapidez y magníficos resultados, sencillamente porque cada uno, desde el soldado al general se entrena y prepara para la misión que se le encomiende.

Resolutivo. Porque el mundo militar se basa en al concepto de la disciplina, las órdenes se cumplen, y, por encima de todo, está la misión, resolver el problema.

Cercano. Porque el militar forma parte del pueblo, es pueblo, protege al pueblo y están cerca del pueblo, buscan aprecio y valoran esa cercanía, conocerlo es entenderlo.

Comprometido. Como nadie o casi nadie, porque el militar juró dar su vida por los suyos, a las órdenes siempre del poder civil, pero con la clara conciencia de que si hay peligro, quién pone la vida en riesgo tiene que ser él.

Podría continuar contándoles la historia del Comandante Miguel Ángel Franco, el “héroe del bañador rojo”, que en 2017 salvó en Bamako a decenas de paisanos enfrentándose a un comando yihadista, o la historia del Teniente Monterde que en la guerra de Bosnia evitó una masacre de croatas con un grupo de legionarios, plantando cara a una fuerza muy superior de musulmanes. “Si les disparáis a ellos, aquí morimos todos”. La operación de paracaidistas y fuerzas especiales el año pasado para evacuar a nuestro personal diplomático en Sudán, lo que hicieron los nuestros en Afganistán…

Pero son soldados, somos soldados españoles, y el heroísmo lo llevamos por dentro.