Malestar de los funcionarios

La Generalitat de Cataluña se escuda en el protocolo para sortear la crisis de las prisiones

La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, asegura que el preso que asesinó a la cocinera pasó con éxito 14 evaluaciones de su conducta

Amand Calderó y Gemma Ubasart, en el Parlament
Amand Calderó y Gemma Ubasart, en el ParlamentEuropa Press

La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, ha comparecido hoy ante la Diputación Permanente del Parlament, para ofrecer explicaciones sobre la muerte de la jefa de cocina de la cárcel de Mas d'Enric, la pasada semana. El asesinato, a manos de un preso que luego se suicidó, inició una serie de protestas de los funcionarios de prisiones que aún no ha finalizado.

Sin salirse del guión, Ubasart se ha escudado en todo momento en el protocolo establecido por la Generalitat y ha asegurado que la junta de tratamiento de la cárcel evaluó hasta catorce veces la evolución del interno que asesinó a la cocinera. Ante su buena conducta y desarrollo, se le permitió la incorporación en distintos servicios auxiliares, entre ellos una cocina con cuchillos a su alcance. Su condena fue por matar a otra mujer, una prostituta rumana, en 2017.

Ubasart ha añadido que hasta la fecha "no consta ninguna queja formal ni informal de la cocinera respecto del interno", quien además no sufría patologías mentales, a la vez que ha indicado que el recluso trabajó con la víctima un total de 3 años y nueve meses, en dos periodos distintos.

La consellera ha indicado que, aunque "el riesgo cero no existe, con la información recopilada hasta el día de hoy y la evidencia empírica de los miles de casos similares que han pasado por el sistema era difícilmente previsible el desenlace fatal del 13 de marzo".

Ha insistido una y otra vez en la evolución positiva del recluso, pese a la gravedad de su delito, y que tenía "rendimiento alto" y buena conducta".

En este sentido, ha señalado que la participación de este preso en los servicios auxiliares y en la cocina del CIRE se desarrolló sin "ningún incidente remarcable" y que su trayectoria en el centro penitenciario avala este hecho, en base a varios factores como haber reconocido los hechos por los que fue condenado -once años por asesinar a una mujer prostituida-, la buena conducta mostrada en la cárcel o su motivación, dedicación y rendimiento en las actividades en las que participó.

Añadió que no se detectó ninguna actitud violenta en las actividades (deportivas artísticas...) en las que participó en un primer momento.

Por ello, en un segundo periodo comenzó a trabajar en la cocina, donde ejerció primero de auxiliar y después como operario superior, y en la que los cuchillos y otras herramientas están en un armario, una especie de bunker, en custodia bajo llave de los funcionarios, que se entregan a los presos para desempeñar su labor y, una vez finalizada, vuelven a depositarse en el mismo, ha explicado la consellera.

En la cocina central de Mas d'Enric, en concreto, trabajó en dos etapas distintas: desde febrero de 2018 hasta octubre de 2019 y, después a partir de 2022, acabando en el cargo de operario superior -jefe de cocina-, tarea que desempeñaba cuando asesinó a la cocinera.

En su trabajo en la cocina, y hasta el día del crimen, presentaba "una conducta totalmente adaptada" y unos "comportamientos correctos", indicaban las evaluaciones de los profesionales.

En la escena del asesinato, la cocina, el interno coincidió con la mujer a la que asesinó durante tres años y nueve meses: entre el 7 de mayo de 2020 y el 7 de noviembre de 2023, en un primer periodo, y después entre el 5 de enero de 2024 y el 13 de marzo de 2024, cuando la mató.

Además de ser valorado hasta en 14 ocasiones por la Junta de Tratamiento desde su ingreso en prisión -la última de ellas en noviembre de 2023-, en las que se acordó mantenerlo en segundo grado penitenciario, también fue evaluado otras 12 veces mediante el Riscanvi, una herramienta de predicción de la reincidencia que utilizan los servicios penitenciarios de Cataluña.

El Riscanvi, que tiene en cuenta hasta 43 factores de riesgo sobre la probabilidad de que un recluso se comporte de forma violenta contra otros internos o funcionarios, determinó durante toda la trayectoria penitenciaria que en el caso de este preso "era bajo", con la excepción de una valoración hecha en 2020, que concluyó un "riesgo medio".

El único incidente protagonizado por este preso fue el puñetazo que dio a otro interno en octubre de 2023 porque "le insultaba", tras el cual se le aplicó como medida cautelar el aislamiento en una celda durante el día de los hechos y su traslado a otro módulo, donde retomó su vida ordinaria.

Durante los cinco meses posteriores a ese incidente, y hasta el asesinato de la trabajadora, el preso "no presentó ninguna conducta violenta y hostil contr