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Crisis

El independentismo admite su "momento máximo de depresión"

El presidente de la ANC carga contra ERC, Junts y la CUP

Lluís Llach (ANC) Quique GarcíaEFE

El presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Lluís Llach, ha reconocido en una entrevista en Nació Digital que el movimiento independentista atraviesa su peor momento en años. “La señal de que hemos llegado al punto máximo de depresión es cuando se nombra al señor Illa presidente de la Generalitat”, ha afirmado, en referencia a la investidura del líder del PSC. Aun así, ha defendido que la desmovilización actual no puede ser definitiva: “Nuestra obligación es animar al pueblo, aunque sabemos que estamos en una situación poco ventajosa. Si la gente se moviliza en la calle, entonces sí tenemos fuerza para condicionar y coaccionar a los partidos y las instituciones”.

Llach ha insistido en que el papel de las instituciones y de los partidos es secundario si la ciudadanía no se activa. “Los partidos independentistas serán fuertes en tanto que la calle sea fuerte”, ha señalado. Pese al contexto adverso, ha recordado que las encuestas siguen otorgando alrededor de un 40% de apoyo al independentismo: “Esto es dantesco en las circunstancias actuales, después de la represión, de los descensos, de las decepciones, de los enfados…”.

Para el presidente de la ANC, las divisiones internas han sido un lastre en los últimos años: “Estamos perdiendo el tiempo peleándonos, criticándonos, y todos lo hemos hecho. Pero el procés no ha terminado, continúa porque hay un país que quiere continuar”. Sin embargo, ha reprochado a las instituciones independentistas que, cuando han tenido capacidad de gobernar, no han ejercido como tales: “No hemos actuado como independentistas, sino que hemos hecho trabajo autonomista”.

Críticas a ERC, Junts y la CUP

El veterano cantautor no ha ahorrado reproches hacia los partidos soberanistas, a quienes acusa de haber diluido el proyecto independentista: “Los partidos independentistas haciendo autonomismo hacen un ridículo espantoso. Las tomaduras de pelo que tanto Junts como ERC y hasta la CUP han recibido este año son… a ver qué día les dará vergüenza salir a la calle después de esto”. Según Llach, su falta de iniciativa y conexión con la ciudadanía evidencia “una incapacidad absoluta para conectar con lo que debe ser su propia supervivencia electoral”.

En este sentido, ha señalado que la gran bolsa de abstención en el bloque independentista es reflejo de que “los partidos políticos no son capaces de entusiasmar a los votantes con sus acciones”. La responsabilidad, ha dicho, recae en ellos: “Tienen que ser capaces de llegar a los electores con proyectos factibles, buenos, ilusionantes. No tengo otra explicación”.

“Es un problema de supervivencia”

A pesar del panorama sombrío, Llach percibe señales de que puede gestarse una nueva alianza en el movimiento. “Cuando una persona o un colectivo toca fondo, lo que hace es darse un empujón hacia arriba. Y desde la Assemblea estamos viendo pequeños detalles: dentro de la juventud, en algunos sectores sociales concretos… la gente ya no puede más”, ha explicado.

El dirigente ha advertido de que el debate trasciende el marco partidista y se convierte en una cuestión de futuro colectivo: “Es más un problema de supervivencia nacional, social y económica que una simple discusión. Estamos hablando de futuro”.

Con todo, Llach lanza un mensaje de esperanza: aunque el independentismo esté en su “momento máximo de depresión”, sigue existiendo una base social amplia. El reto, según él, es volver a levantar al movimiento desde la calle, presionar a los partidos y evitar que el desánimo se convierta en resignación.