Catalán

Independentista de Junts afirma que se hablaba más catalán con Franco que con Pedro Sánchez

Un debate entre jóvenes deja en evidencia las contradicciones del discurso independentista sobre la lengua catalana

Independentista de Junts afirma que se hablaba más catalán con Franco que con Pedro Sánchez
Independentista de Junts afirma que se hablaba más catalán con Franco que con Pedro Sánchez@JCPuig_

Durante un debate entre jóvenes representantes de distintos partidos en Cataluña, se vivió un momento insólito. Un joven militante de Junts per Catalunya, en su intento por subrayar la supuesta decadencia del uso del catalán, terminó afirmando, sin querer, que en tiempos del dictador Francisco Franco se hablaba más catalán que actualmente, en pleno régimen de libertades y bajo el Gobierno de Pedro Sánchez.

La secuencia que se puede consultar en un vídeo circulado en redes muestra lo siguiente. En un cruce con Júlia Calvet, representante de Vox, el joven de Junts lanzó una pregunta retórica con aire de superioridad:

—En los años 50, ¿cuánta gente crees que hablaba catalán en Cataluña? ¿Qué porcentaje dirías que lo usaba diariamente?

Calvet encogió los hombros con gesto de duda. Fue entonces cuando el de Junts, seguro de sí mismo, respondió:

—El 98% de la población. Y hoy te encuentras que, menos de 100 años después, lo habla habitualmente solo el 30%.

La representante de Vox, rápida de reflejos, no dejó pasar la contradicción:

—¿Me acabas de decir que en los años 50 se hablaba más catalán? ¿O sea, que se hablaba más catalán con Franco que con Sánchez?

El de Junts, visiblemente nervioso y atrapado por su propia afirmación, intentó recular:

—Bueno... vamos a ver... —se trabó, sin lograr articular una respuesta convincente.

La obsesión identitaria con la lengua catalana

Este episodio ha vuelto a poner sobre la mesa la carga emocional y política que el independentismo catalán proyecta sobre la lengua. Para el catalanismo, el catalán no es solo un medio de comunicación, sino un símbolo identitario y una seña de pertenencia. Eso es razonable. Pero el independentismo va más allá y no solo lo ve como un símbolo de pertenencia, sino, en muchos casos, como una herramienta de confrontación. La defensa del catalán se convierte a menudo en una trinchera desde la que se acusa al Estado español de agresión cultural, a pesar de que nunca en la historia reciente ha gozado de tantos recursos, subvenciones y protección institucional como ahora.

El subconsciente traicionó al joven independentista. Al buscar reforzar la idea de que el catalán está en peligro y que la culpa es de Madrid, ahora encarnado por Pedro Sánchez, acabó pintando un escenario más favorable bajo la dictadura de Franco. Esa afirmación, por absurda, ha sido ampliamente compartida y comentada como muestra de los excesos y delirios retóricos del independentismo identitario.

Porque si algo ha caracterizado al relato nacionalista es su insistencia en que Franco reprimió el catalán (lo cual es cierto), que lo prohibió en las escuelas (cierto), que lo relegó del espacio público (cierto). Por tanto, insinuar que con Franco se hablaba más catalán que hoy no solo es históricamente falso, aunque haya habido más uso informal por motivos sociológicos, sino que invalida décadas de victimismo político.