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Crisis

La estrategia de Puigdemont provoca la dimisión de Giró como miembro de Junts y diputado del Parlament

El exconseller de Economía abandona Junts y su escaño en el Parlament tras años de discrepancias internas y un choque de visiones políticas con el líder a la sombra desde Waterloo

El consejero de Economía, Jaume Giró, en el Parlamento catalán jxCat

La política catalana vive un nuevo sacudón con la dimisión de Jaume Giró, exconseller de Economía de la Generalitat y referente del sector pragmático de Junts. Su salida, anunciada este jueves a primera hora, no solo representa la pérdida de un dirigente con experiencia en la alta gestión y la economía, sino que evidencia el profundo choque entre la estrategia de Carles Puigdemont y la visión de Giró sobre cómo debería liderarse el partido y Cataluña.

Giró, periodista y directivo en empresas como Gas Natural y La Caixa antes de dar el salto a la política en 2021, se convirtió rápidamente en un referente dentro del Govern presidido por Pere Aragonès. Su gestión se caracterizó por la disciplina presupuestaria: fue el único conseller en aprobar los presupuestos de la Generalitat en tiempo y forma en la última década, negociando con la CUP y los Comuns para garantizar su aprobación. Al mismo tiempo, intentó rehabilitar figuras históricas del catalanismo como Jordi Pujol, buscando un equilibrio entre la memoria política y la necesidad de estabilidad institucional.

Sin embargo, Giró siempre se movió entre la fidelidad a Puigdemont y la autonomía de criterio. Aunque el líder a la sombra del exilio avaló su incorporación, Giró defendió internamente políticas de entendimiento y pragmatismo, como mantener la coalición con ERC o explorar alianzas con el PSC a nivel municipal y de diputaciones, posturas que no encajaban con la estrategia más frentista de Puigdemont y Laura Borràs. La consulta interna que decidió el abandono del Govern fue la primera gran fractura para el ahora dimitido, que ya había mostrado su predisposición a mantener la estabilidad institucional.

La reciente reunión entre Salvador Illa y Puigdemont en Bruselas, la primera de este tipo desde la llegada de Illa a la presidencia de la Generalitat, ha marcado un nuevo capítulo en la política catalana. A pesar de que se trató de un gesto de normalización institucional, Junts criticó la cita, considerándola un “abandono” de la defensa de los intereses de los catalanes. Aunque Giró no se ha pronunciado directamente sobre el encuentro, su salida parece reflejar un descontento con la línea del partido frente al diálogo con el Gobierno central y la estrategia de confrontación mantenida desde Waterloo.

La relación de Giró con la cúpula de Junts siempre estuvo marcada por la discreción. En público, nunca discrepó de Puigdemont, ocupando el puesto número once en las listas de las últimas elecciones autonómicas y formando parte de la dirección del partido surgida del congreso de 2024. En privado, sin embargo, las divergencias sobre el rumbo y la manera de hacer política eran evidentes. El pragmatismo y la capacidad de negociación de Giró contrastaban con la estrategia simbólica y gestual que ha definido a la dirección actual, centrada en la confrontación y la defensa del independentismo puro, a veces en detrimento del bienestar y los recursos de los ciudadanos.

El comunicado de renuncia de Giró deja claro el tono de su despedida: “He tomado la decisión de dejar el escaño y la política activa porque considero que, en este momento, no estoy en condiciones de dar al partido lo que espera de mí, ni tampoco las orientaciones actuales del partido coinciden con mi manera de entender la política que hoy conviene y necesita el país”. La carta no solo es un mensaje personal, sino también una crítica implícita a la estrategia de Puigdemont, quien mantiene la línea de confrontación y control desde Waterloo, y a un partido que, según Giró, prioriza intereses internos sobre el progreso y la estabilidad de Cataluña.

Junts, por su parte, ha respondido con un comunicado frío y escueto firmado por Puigdemont y Jordi Turull: “Respetamos y lamentamos la decisión de Jaume Giró”. Esta reacción evidencia cómo las voces críticas dentro del partido se van apagando, mientras la dirección sigue centrada en consolidar su narrativa independentista y preparar el terreno de cara a las elecciones municipales y autonómicas de 2027.