Opinión

¿Movilidad sostenible?

Mi experiencia reciente es solo un ejemplo de una problemática que parece generalizada

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Tren de RodaliesEuropa Press

El servicio ferroviario de RENFE en Cataluña se ha convertido en sinónimo de ineficiencia, desorganización y un claro desinterés hacia los usuarios, quienes, sin opciones fiables, se ven atrapados en situaciones absurdas y frustrantes. En un momento en el que promover la movilidad sostenible es indispensable, RENFE presenta un servicio tan inconsistente que desalienta el uso del transporte público.

Mi experiencia reciente es solo un ejemplo de una problemática que parece generalizada. Durante los últimos meses, he usado la línea R2 y el servicio que he recibido ha sido un verdadero fiasco. Son incontables los retrasos que he sufrido y en varias ocasiones, el tren que debía tomar simplemente no apareció. Sin más. Una de estas veces, además, se trataba del último tren de vuelta desde Barcelona. Sin previo aviso, la información desapareció de las pantallas, dejando a decenas de pasajeros en el andén, atrapados en la ciudad un día entre semana a las 11 de la noche. RENFE no ofreció ni explicaciones ni alternativas, obligándonos a buscarnos la vida para salir de la zona de andenes y buscar refugio, en mi caso, en casa de familiares.

A la mañana siguiente, mi intención de reclamar el reembolso del billete se convirtió en otro viacrucis. El personal de RENFE, con una actitud displicente y poco profesional, me envió de una taquilla a otra, a mi y a otro pasajero que trataba desesperado de lograr el enésimo justificante para su trabajo por el retraso que acababa de sufrir, eludiendo cualquier tipo de responsabilidad. Este trato deja en claro la falta de compromiso de la compañía hacia sus propios usuarios, quienes, además de perder tiempo y dinero, son tratados con desdén.

Si realmente deseamos pacificar nuestras ciudades y reducir el uso del coche privado, la inversión en infraestructuras ferroviarias de calidad, en formación sobre trato al cliente y en una gestión eficiente y eficaz es esencial. Sin un cambio urgente, el servicio de RENFE en Cataluña seguirá siendo un obstáculo para una movilidad sostenible, condenando a sus usuarios a un sistema en el que la frustración y la incertidumbre son el pan de cada día.