
Investigación oncológica
Los programas de prehabilitación aportan beneficios a las pacientes con cáncer ginecológico que han de someterse a una cirugía
Un estudio confirma que una intervención en el estado físico, emocional y mental de las pacientes antes de pasar por quirófano favorece una mejor recuperación funcional tras la operación, aunque ésta solo se pueda prolongar unas tres semanas

Es conocido que cuanto en mejor estado físico, nutricional y emocional esté la persona antes de someterse a una intervención, mejor recuperación funcional y menos complicaciones experimentará en el postoperatorio. En este contexto, cabe señalar que el músculo es un elemento clave en el estado general de las personas, ya que está relacionado con el consumo de oxígeno y mejora la reparación de tejidos.
Ante esta evidencia, en 2016, el Hospital del Mar puso en marcha un programa de prehabilitación multimodal para preparar a los pacientes de diferentes patologías para hacer frente a una cirugía en las mejores condiciones posibles y en 2018 se incorporaron al mismo las pacientes con cáncer ginecológico.
Ahora, los resultados de un estudio de los servicios de Obstetricia y Ginecología y de Anestesiología y Reanimación de dicho hospital confirman que aquellas mujeres diagnosticadas con un cáncer ginecológico que participan en un programa de prehabilitación llegan más preparadas al quirófano, con un estado físico, nutricional y emocional mejor que aquellas que no lo hacen.
Así, en el marco de este trabajo, se estudió a 77 pacientes, de las cuales tres de cada cuatro tenían cáncer de endometrio y el 18,6%, de ovario. A todas ellas se les realizó una evaluación de su estado, tanto a nivel físico, como emocional y nutricional, antes de empezar el programa, que tiene una duración media de 25 días por cada paciente.
El CrossFit, la herramienta más eficaz
A partir de estos datos, se les recomendó un tipo de ejercicio en función de su estado físico: cuarenta de ellas llevaron a cabo pautas a domicilio sin supervisión, 24 participaron en sesiones dirigidas por fisioterapeutas y médicos del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación en el Centre Fòrum del Hospital del Mar y las 13 restantes hicieron CrossFit tres veces por semana durante una hora gracias a la colaboración con la asociación Limited Edition Athletes.
Al respecto, la doctora Corcoy señala que "en este contexto, es básica la actividad física, tanto aeróbica como de fuerza, porque para tener una buena capacidad funcional necesitas entrenamiento". "Los procesos quirúrgicos son muy catabólicos, producen mucho consumo de proteína y de masa muscular, por lo que cuanto más masa muscular tienes de base, la repercusión de esa intervención va a ser menor".
Además, en lo relativo al estado emocional, se puso al alcance de todas ellas pautas de mindfulness y, paralelamente, 18 pacientes recibieron atención psicológica. Por último, para mejorar su estado nutricional, se les ofrecieron consejos dietéticos y, en los casos en los que fue necesario, se les proporcionó suplementos.
Sobre la duración de esta intervención, Corcoy comenta que "aunque hay estudios que apuntan que con dos semanas ya se ven efectos, recomendamos que se prolongue durante unas tres o cuatro semanas, que además es el tiempo que suele transcurrir entre el diagnóstico y el momento del quirófano. Es un plazo en el que la paciente está llevando a cabo las pruebas que necesitamos antes de la intervención y se trataría de aprovecharlo para poder prepararlas".
En este sentido, recuerda que "en este tipo de cirugías, que no se pueden demorar porque en las enfermedades oncológicas el tiempo es clave, es importante empezar con estos programas en el momento del diagnóstico". "Además, con el diagnóstico la paciente queda en shock y paraliza toda su vida y eso puede hacer que su capacidad baje mucho, de manera que hay que aprovechar ese tiempo no solo para que no baje esa capacidad, sino para que incluso llegue a aumentarla".
Así, a la conclusión del programa, en una nueva evaluación antes de la cirugía, se comprobó que todas las pacientes habían mejorado en todos los ámbitos, una mejora que fue especialmente evidente entre aquellas que practicaron CrossFit, una actividad que además tuvo el porcentaje más alto de adherencia. Éstas consiguieron hacer 33 metros más en la prueba de esfuerzo, que consiste en caminar lo máximo posible en seis minutos, que en la que llevaron a cabo en el momento del diagnóstico, mientras que las que practicaron ejercicio en el Centre Fòrum superaron su marca inicial en 27 metros y las que trabajaron por su cuenta, en 14 metros.
Así pues, en esta segunda evaluación y tras la prehabilitación, todas las pacientes habían mejorado su condición física, pero también la nutricional, como demuestra el hecho que se pasó de un 14% de pacientes malnutridas a solo un 4%, y la emocional. Por lo tanto, los resultados de este trabajo sugieren que los programas de prehabilitación estructurados y personalizados en mujeres con cáncer ginecológico permiten mejorar los resultados quirúrgicos y la recuperación de estas pacientes.
"Este tipo de intervención para preparar al paciente para una cirugía ya está bastante instaurada en traumatología, donde hay mucho tiempo para la preparación del paciente porque no hay una urgencia para entrar en quirófano", indica Corcoy quien apunta que, sin embargo, en los casos de pacientes con cáncer ginecológico , "desde el diagnóstico hasta el quirófano pasa poco tiempo y la duda era si éste era suficiente para poder ser efectivos con este preparación y tener algún beneficio" y, a tenor de los resultados de este estudio, el primero que analiza el efecto preoperatorio de una programa de este tipo en pacientes con cáncer ginecológico, la prehabilitación es beneficiosa también para estas mujeres que han de ser intervenidas.
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