Cómic clásico

El regreso todavía más extraordinario de Massagran

Vuelve a las librerías el mítico cómic catalán de Ramon Folch i Camarasa y Josep M. Madorell

Massagran según el dibujo de Madorell
Massagran según el dibujo de MadorellCombell

Es nuestro Tintín. Es el principal héroe que ha dado el cómic catalán, aunque ha estado durante mucho, demasiado tiempo ausente de las librerías. Y es que regresa Massagran, un personaje tan extraordinario como las muchas y diversas aventuras que vivió. La buena noticia, como lo es esta, viene de la mano de Combel, un sello de Editorial Casals, que en las próximas semanas lanzara las dos primeras entregas de la serie: «Aventures extraordinàries d’en Massagran» y «Aventures encara més extraordinàries d’en Massagran».

Hagamos un poco de historia. Massagran fue un personaje creado por el escritor Josep Maria Folch i Torres, uno de los más destacados narradores de la literatura infantil y juvenil catalana, y el ilustrador Joan Junceda, encargado de convertir en dibujo al joven aventurero. La primera aparición del héroe vino como un folletín publicado de la mano de la revista «El Patufet» y fue el 7 de mayo de 1910 bajo el título «Les aventures extraordinàries d’en Massagran», convirtiéndose al instante en un gran éxito de lectores. Todo ello tenía su germen en el encargo que le había hecho el editor Josep Barguñà a Folch i Torres para que creara un personaje que protagonizara una novela de aventuras.

Massagran era un joven fascinado con el mar, deseoso de vivir experiencias propias de los exóticos relatos de Emilio Salgari o Julio Verne. Hijo de un aduanero buscaba como fuera subirse a un barco y atravesar lejanos mares y océanos. Tras no pocas andanzas y pese a los consejos de sus padres contrarios a lo que veían como una invitación al peligro, Massagran logró su propósito acabando en el continente africano. Es aquí donde demuestra el relato que es hijo de su tiempo, es decir, un momento en el que se quería justificar e, incluso, aplaudir el colonialismo. Son los africanos tratados aquí de una manera que hoy nos sonroja, aunque Folch i Torres nunca llegó a los extremos de Hergé con su controvertido «Tintín en el Congo». Por otra parte, el libro conoció traducciones al español y al italiano.

Massagran pasó a ser una de las lecturas favoritas de los lectores catalanes más jóvenes, pero el personaje conoció un nuevo reconocimiento y vida cuando pasó a ser una estrella del cómic. Los encargados de dar ese salto fueron el escritor Ramon Folch i Camarasa, hijo de Folch i Torres, y el dibujante Josep M. Madorell. Folch i Camarasa supo escribir unos guiones que respetaban en todo momento el espíritu de la novela mientras que Madorell, un veterano del cómic, supo hacerse suyo lo ideado por Junceda, aunque sin renunciar a su propio estilo. Madorell, además, tenía tras de sí el reconocimiento de su trabajo en la revista «Cavall Fort» donde creó personajes tan inolvidables como Jep y Fidel. El dibujante también trabajó con el escritor Joaquim Carbó en una otra serie de álbumes.

El resultado fueron dos álbumes que, a la manera del tebeo francobelga, que triunfaron prácticamente al instante. La primera entrega llegó en 1981, aceptándose la iniciativa de Folch i Camarasa de convertir a Massagran en el protagonista de un cómic en catalán y que podía rivalizar con los álbumes que en ese momento había en el mercado de nombres como Astérix, Tintin o Lucky Luke. No se equivocó en sus predicciones porque en sus mejores momentos la serie llegó a vender más de 100.000 ejemplares.

Hablamos de serie porque una vez las dos entregas, la adaptación de «Les aventures extraordinàries d’en Massagran», triunfó, Massagran siguió viviendo más andanzas acompañado de sus viejos amigos y de otros nuevos. En 1983 llegó «En Massagan i el quadrat màgic» siguió la estela y demostró que el personaje tenía aún mucho que decir y vivir. Buena prueba de ello fueron la quincena de títulos que se publicaron entre 1981 y 2002.

Pero Massagran no se conformó con ser un personaje de tinta china. La pequeña pantalla también llamó a su puerta, de la mano de TV3. Vladimir Sakov y Alexander Tatarsky fueron los responsables de dirigir la serie de televisión que actualmente puede verse completa en la página web de la CCMA, con Roger Pera poniendo voz al protagonista. Igualmente en 2005, el Teatre Nacional de Catalunya acogió la llegada de Massagran a los escenarios bajo la dirección de Joan Castells y Meritxell Ané, Oriol Guinart, Berta Giraut, Arnau Marín, Isaac Morera y Jaume Ulled en los papeles principales.

Además de todo esto, Massagran ha tenido alguna andanza especial. En 1970, Folch i Camarasa unió fuerzas con el dibujante Josep Maria Beà para presentar el cómic «L’hereu d’en Massagran». La idea era actualizar aquel aventurero llevándolo a una época muy distinta a la de sus inicios, en 1910. Pese al buen empeño de la pareja de creadores, las cosas no salieron muy bien. En un artículo para el imprescindible portal Tebeosfera, Beà recordaba que «creo que llegué a dibujar unas 20 páginas de “L’hereu d’en Massagran” sin motivación alguna, y el resultado fue deficiente».

Hay otra historia curiosa, aunque no cumple con la legalidad por tratarse de una publicación pirata. Sin embargo, esta tiene la particularidad de unir dos universos que parecían destinados a encontrarse en viñetas en alguna ocasión. Hacia 1984 aparecía simultáneamente en catalán y en castellano un grueso cómic de 126 páginas de autor y editor desconocido, hoy convertido en una codiciada reliquia para los amantes de los tebeos. «Tintín en Barcelona» contaba el encuentro del intrépido periodista belga de Hergé con el marinero barcelonés de Folch i Torres/Junceda con el objetivo de proteger el Tesoro de Sildavia que debía exponerse en la capital catalana preolímpica.