Alimentación

Aquí hay tomate: descubren los genes que controlan su madurez

Son los mismos que regulan nuestra esperanza de vida. El avance podría evitar la pérdida de millones de kilos de alimentos.

Científicos descubren genes que permiten cultivar tomates y berenjenas más grandes
Regular la madurez de las frutas sería posible con este hallazgo.Pixabay

Cada año, entre un 45 y un 65% de las frutas cosechadas se descartan, no por estar en mal estado, sino por su forma o su estado de madurez. Ahora, un nuevo estudio, publicado en New Phytologist, revela que la maduración del tomate está regulada por el mismo mecanismo que contribuye a la longevidad y la salud de humanos y animales. Y quizás el mecanismo sea similar en otras frutas.

Este mecanismo, llamado autofagia, regula el reciclaje celular y opera en todas las formas de vida, excepto en las bacterias. Este estudio, liderado por Simon Michaeli, demuestra que la autofagia afecta la maduración del tomate al controlar la producción de etileno. El etileno es la principal hormona que controla la maduración en muchas frutas, como manzanas, plátanos, mangos, aguacates y tomates.

Para evaluar el papel de la autofagia en la maduración, el equipo de Michaeli, formado por científicos del Instituto Volcani (Israel) y la Universidad de Tubinga (Alemania) generó plantas de tomate que permiten una represión genética temporal de la autofagia. En estos frutos, la producción de etileno y la maduración se iniciaron de forma prematura en comparación con los frutos con actividad autofágica regular. Por lo tanto, de forma similar a su impacto en los animales, la autofagia retrasa el envejecimiento de los frutos.

La capacidad de regular la maduración de la fruta tiene importantes implicaciones para reducir el desperdicio de alimentos, mejorar la oferta de productos agrícolas disponibles para los consumidores y abordar la seguridad alimentaria sostenible.

“Se estima que alrededor del 40% de la producción agrícola mundial se pierde o se desperdicia, lo que tiene importantes implicaciones financieras, nutricionales y ambientales - afirma Michaeli -. Con el tiempo, podremos aprovechar el conocimiento sobre los mecanismos celulares y moleculares que rigen la maduración para reducir la pérdida y el desperdicio de productos en la cadena de suministro, desde los agricultores hasta nuestras cocinas. Esto nos lleva a nuestra siguiente tarea: identificar el mecanismo molecular mediante el cual la autofagia regula la aparición de etileno”.