Exploración Espacial
Así estudian las principales agencias espaciales a 3I/ATLAS
Desde hoy mismo, los astrónomos tendrán varios meses para aprovechar la cercanía de este visitante interestelar e intentar resolver todos sus misterios.
El 1 de julio de 2025, los ojos del mundo astronómico se fijaron en algo extraordinario: un objeto interestelar nuevo, denominado 3I/ATLAS, detectado por el sistema de telescopios ATLAS en Chile. Se trata del tercer objeto confirmado que nos visita desde fuera del sistema solar después de Oumuamua y el cometa Borisov. Pero 3I/ATLAS está demostrando ser especial en varios sentidos.
Por ello no es extraño que varias agencias y hasta misiones espaciales se centren en aprovechar la cercanía que tenemos con este objeto para analizarlo. Estas son algunas de ellas.
A través del Near-Earth Object Coordination Centre (NEOCC), por ejemplo, están siguiendo su trayectoria con telescopios terrestres (Chile, Hawai, Australia). Misiones espaciales de ESA ya operativas, como Mars Express y ExoMars Trace Gas Orbiter, observarán 3I/ATLAS cuando pase cerca de Marte (en estos días) para aprovechar un punto de observación diferente al de la Tierra.
La misión Jupiter Icy Moons Explorer (Juice) también apuntará instrumentos hacia 3I/ATLAS desde noviembre de 2025 para observarlo desde las proximidades de Júpiter, después de su perihelio.
El James Webb Space Telescope (JWST) ha observado el cometa en agosto de 2025 con su instrumento NIRSpec, en colaboración con ESA y CSA, la agencia espacial canadiense. Esto ayudó a revelar la composición, especialmente gases volátiles como CO₂ y agua.
Por su parte, el Hubble Space Telescope también está observando el cometa para obtener imágenes de alta resolución de la coma (la nube de gas/polvo alrededor del núcleo). El satélite SPHEREx también está participando en las observaciones para caracterizar su composición y reflejo espectral.
Más cerca de nosotros, el Gran Telescopio Canarias (GTC, en La Palma) está haciendo espectroscopía visible y ultravioleta con su instrumento OSIRIS+ para estudiar la composición espectral, brillo y curvas de luz del cometa.
Gemini North (Hawái) observó 3I/ATLAS poco después del descubrimiento para caracterizar la coma, su brillo, la forma de la nube de polvo y gas. Por su parte, SOAR (Southern Astrophysical Research Telescope) también ha contribuido con fotometría cercana al descubrimiento para medir variaciones de brillo y curva de luz.
Finalmente, hay propuestas de misión directa o interceptación. Hay un estudio realizado por Southwest Research Institute (SwRI) que propone un diseño de misión que podría interceptar un objeto interestelar futuro, usando lo aprendido con 3I/ATLAS como modelo. Esa misión todavía no está asignada a una agencia espacial concreta.
Los expertos también analizan la posibilidad de usar la sonda Juno (ya operativa alrededor de Júpiter) para maniobrar y realizar un sobrevuelo de 3I/ATLAS cuando el objeto pase cercano a Júpiter en marzo de 2026. Esa maniobra implicaría usar el efecto Oberth, un cambio de trayectoria, para aprovechar la gravedad de Júpiter como “acelerador gravitacional”.
3I/ATLAS representa una ventana hacia otros sistemas solares, sin tener que enviar una misión interestelar. Su composición química —especialmente una proporción alta de CO₂ frente al agua— nos dice que los procesos de formación de objetos helados en otros discos protoplanetarios podrían diferir bastante de lo que vemos en los cometas del sistema solar.