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Océano

Así es la 'línea de Wallace' que los peces no se atreven a cruzar: una barrera invisible que parte el mar en dos

No es tangible, pero las regiones que se encuentran a cada lado parecen mundos completamente distintos

En Resumen
Océano dividido PIXABAY

El ser humano, que lleva milenios colonizando, conociendo y poblando cada vez más rincones de la tierra, sin embargo, ha sido prácticamente incapaz de explorar el mundo que le rodea fuera de su medio natural. Muchas veces de habla del espacio exterior como el gran desconocido, pero del océano sigue sin haberse descubierto el 95%, aproximadamente.

Línea WallaceT. GallardoLa Razón

El mar es el mayor misterio para los científicos y, aunque cada vez de vayan desarrollando tecnologías más complejas para su exploración, las altas presiones y otras condiciones extremas de las regiones submarinas lo hacen impenetrable para las personas. Es el hogar de especies de lo más pintorescas, y de tamaños que no se ven en la superficie desde tiempos de los dinosaurios. Se han registrado calamares gigantes de hasta 14 metros de longitud, y ballenas azules, el mamífero más grande conocido, de hasta 24 metros de largo y 150.000 kilogramos de peso.

Ejemplar de calamar gigante hembra capturado en las costas de Asturiaslarazon

Aunque hace siglos ya de los mapas medievales en los que se mostraba que más allá de Finisterre no había más que monstruos marinos como pulpos titánicos, el Kraken, leviatanes y otros seres terroríficos, lo cierto es que, a medida que los científicos van conociendo más sobre el océano, más común es la sensación de extrañeza al descubrir algunos de los oscuros secretos que esconden los fondos marinos.

No hace ni 200 años que se encontró uno de los fenómenos más impactantes y que mayor debate han abierto en la comunidad científica: una anomalía singular que parece que, como Moisés en Egipto, 'partiese el mar en dos', dejando dos mitades con fauna y flora completamente distintas separadas por una barrera invisible.

La 'línea de Wallace' que los animales no se atreven a cruzar

Alfred Russel Wallace fue un naturalista y explotador de origen galés que a mediados del siglo XIX dedicó su vida a viajar por todo el archipiélago malayo para documentar su geografía y las especies que lo habitaban. Curiosamente, publicó su propia teoría de la evolución también basada en la selección natural, que motivó más adelante a Charles Darwin a proponer la suya.

Wallace descubrió que existía una especie de límite invisible entre los continentes de Asia y Oceanía, una línea que atravesaba el archipiélago malayo entre las islas de Bali y Lombok, y que continúa hasta pasar a través del agua que enfrenta Borneo con las Islas Célebres, rozando al sur de las Islas Filipinas. Lo que encontró este naturalista es que hacia un lado se situaban especies de animales características del sudeste asiático, y al lado contrario otras típicas de la zona australásica.

Mar MalasiaPIXABAY

Así, se establecen dos regiones que, a pesar de estar separadas por tan solo unos pocos kilómetros de distancia, presentan dos mundos animales completamente distintitos. Wallace explicó esto por la diferente historia evolutiva de cada una de las regiones. Aunque esta 'línea de Wallace' no sea visible en la superficie, tiene una base física. Bajo el nivel del mar se encuentra la 'fosa de Wallace', una sima submarina que no alcanza siquiera los 100 kilómetros de longitud, y marca el lugar donde chocan la placa tectónica de la Sonda con las de Banda y Timor.

Hace más de 2,5 millones de años, durante la última glaciación, existían grandes masas de hielo que hacían que regiones que hoy están sumergidas, antes fuesen transitables a pie. Sin embargo, esta fosa, junto a otras barreras naturales, separó las dos regiones tectónicas, teniendo cada una dos historias evolutivas claramente diferenciadas. Con las plantas también sucede, pero en mucha menor medida, ya que el polen y las semillas pueden viajar con mayor facilidad.

A estas fronteras se le suman las corrientes marinas divergentes causadas por los movimientos de la corteza terrestre, que están en constante movimiento, con especial actividad en esta zona del planeta. Muchas clases de peces y otros animales marinos ven dificultado su movimiento de un lado a otro de la 'línea de Wallace' por la fuerza del agua en dicho área.