Asteroide
Un asteroide se acerca peligrosamente a la Tierra, pero unos científicos de la NASA quieren bombardearlo con armas nucleares
Un asteroide con una pequeña probabilidad de impactar la Luna o la Tierra en 2032 ha puesto sobre la mesa una propuesta drástica: destruirlo con explosivos nucleares en lugar de intentar desviarlo
La solución definitiva para una amenaza espacial podría ser también la más controvertida: el uso de armamento nuclear para pulverizarla. Esta es la propuesta que un grupo de científicos - entre ellos algunos de la NASA - ha puesto sobre la mesa para hacer frente al asteroide 2024 YR4, una roca de casi 90 metros de longitud que se aproxima a nuestro vecindario cósmico. La idea de emplear una solución drástica y controvertida se aleja por completo de las estrategias de defensa planetaria vistas hasta ahora.
Sin embargo, lo que obliga a considerar este plan extremo no es tanto la trayectoria del asteroide como la enorme incógnita que lo rodea: su masa. Las estimaciones actuales se mueven en una horquilla de incertidumbre gigantesca, que va desde los 33 hasta los 900 millones de kilogramos. Con semejante disparidad de datos, calcular la fuerza necesaria para simplemente desviar el objeto se convierte en una misión prácticamente imposible, pues el empuje requerido depende directamente de su peso. Esta falta de datos es un claro ejemplo de las grandes incógnitas que aún existen en el universo, un tema que genera constantes debates sobre si algo muy raro está pasando en el universo sin que podamos comprenderlo del todo.
De hecho, esta propuesta rompe por completo con la estrategia que la NASA validó con éxito en 2022. La misión DART demostró entonces que era posible alterar la órbita de un asteroide estrellando una nave contra él, una táctica de precisión que buscaba el desvío de su curso, no su destrucción. Ahora, la falta de tiempo para enviar una sonda de reconocimiento que aclare la masa de 2024 YR4 obliga a plantear métodos más expeditivos, tal y como han publicado en Futurism. Mientras se debaten estas soluciones extremas, la exploración espacial sigue avanzando con misiones de gran precisión, como la de una original sonda que acaba de lograr un hito sin precedentes en la navegación por el espacio profundo.
La incertidumbre que abre la puerta a las armas nucleares
En este sentido, los cálculos orbitales indican que para diciembre de 2032 existe una probabilidad del 4 % de que el asteroide impacte contra la Luna, y una mucho más remota, del 0,00081 %, de que lo haga contra la Tierra. Aunque el riesgo directo para nuestro planeta es mínimo, una colisión lunar no sería inocua. El impacto podría generar una peligrosa nube de escombros que pondría en grave riesgo tanto a los astronautas como a las futuras misiones e infraestructuras espaciales. La protección de estos activos es cada vez más crítica en un escenario de creciente competencia, donde incluso se analiza el plan maestro de China para dominar la nueva carrera espacial.
Por ello, el plan detallado por los investigadores contempla el envío de dos artefactos nucleares de 100 kilotones cada uno, con un tercer dispositivo de respaldo por si alguno fallara. El objetivo de esta «misión de disrupción cinética» es la aniquilación total del objeto, eliminando de raíz cualquier amenaza sin importar cuál sea finalmente su masa y garantizando así la seguridad en el entorno lunar.
Con todo, la probabilidad de que esta misión se lleve a cabo es, por ahora, muy baja. La propia escasa posibilidad de impacto, sumada a las previsibles restricciones presupuestarias de agencias como la NASA, hace que el proyecto tenga más visos de quedarse en un estudio puramente teórico que de convertirse en una operación real en los próximos años.