Evolución humana

Atapuerca, Pink y un nuevo miembro en la familia evolutiva

Los restos, encontrados en 2022, revelan una historia muy distinta de lo que creíamos.

Evolución
La Dra. Rosa Huguet, líder del estudio, con una parte de la vida de PinkMaria D. Guillén / IPHES-CERCA Maria D. Guillén / IPHES-CERCA

Se trata, sin duda, de uno de esos hallazgos que lanzan a las discusiones populares palabros como Antecessor, heidelbergensis, neandertal y erectus. A partir de hoy se comenzará a destacar la diferencia entre homininos (los individuos de las especies del género Homo) y homínidos (incluye a los primates bípedos, como gorilas u orangutanes) en las tertulias de café y cerveza. Pero la realidad es que llevamos años con este hallazgo, más precisamente desde 2022. La sutil diferencia es que, ahora, podríamos reescribir nuestra historia evolutiva. Vamos entonces desde el inicio: ¿Qué hace especial este hallazgo? Empecemos con Atapuerca.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, es el yacimiento más importante del mundo en lo que respecta a la evolución humana. Allí se “escondían”, entre toneladas de tierra, gran parte de nuestra familia pasada: el Homo antecessor, de más de 1.000.000 de años de antigüedad, fósiles de Homo heidelbergensis o preneanderthal de alrededor de 400.000 años de antigüedad y junto a ellos, en otras cronologías, neandertales y humanos del neolítico y de la cultura megalítica. Un “álbum fotográfico” de más de un millón de años que recorre nuestra historia. En Atapuerca están todas las especies de homínidos que vivieron en Europa. En un mismo sitio.

Y ahora sí le toca a Pink. De acuerdo con el reciente estudio publicado en Nature, se trata de un cambio radical en nuestra idea sobre los primeros homininos en Europa: desde hace años, décadas, se sostenía (con evidencias científicas) que el primer hominino que caminó por el continente europeo fue el Homo antecesor, pero Pink ha demostrado que nos equivocábamos.

El nombre de Pink nos llega desde diferentes lugares… al igual que las primeras migraciones a Europa. Por un lado, recibe este apodo en honor a Dark Side of the Moon, el mítico álbum de Pink Floyd. Aquí, la cara oculta de la Luna toma forma de antepasado y muestra “el rostro humano más antiguo de Europa Occidental”, según los autores del estudio, liderados por Rosa Huguet… que también influyó en la elección del apodo, a partir de su propio nombre.

Las primeras “palabras” de Pink llegan desde 2022, cuando se hallaron sus restos en la Sima del Elefante de Atapuerca. Concretamente en el nivel TE7, que se corresponde con una antigüedad de entre 1,1 y 1,4 millones de años. Ya esta aparición fue sorprendente porque se creía que la historia, nuestro pasado, no iba más allá del Homo antecesor hallado en el nivel TD6 (860.000 años de antigüedad).

La datación sorprendió a muchos y generó polémica. Y aquí viene otro factor que hace de este hallazgo algo tan importante: el modo en el que trabaja la ciencia. Los expertos recabaron información, compararon, dataron, analizaron… y volvieron a hacerlo hasta estar seguros. Así trabaja la ciencia, atreviéndose a descubrir lo que puede desafiar el conocimiento actual y justificando los hallazgos con pruebas irrefutables. Nunca dice: “Demuéstrame que no es así o que sí es de este modo”. La ciencia, los científicos y científicas, cuestionan con información, con datos, pruebas y evidencias. Y solo se atreven cuando todo y todos, demuestran que las conclusiones son irrefutables.

En este caso, se probó, con técnicas de datación y reconstrucciones 3D que, mientras el Homo antecessor tiene una forma de la cara que se acerca a la del Homo sapiens, la de Pink es más similar a la del Homo erectus.

Como explica la Dra. María Martinón-Torres, una de las responsables del Proyecto de Investigación de Atapuerca: “Homo antecessor comparte con Homo sapiens una cara de aspecto más moderno y la proyección de los huesos de la nariz, mientras que la configuración del rostro de Pink es más primitiva, con rasgos que recuerdan a Homo erectus, especialmente en su estructura nasal, plana y poco desarrollada. La evidencia aún no es suficiente para una clasificación definitiva y por eso se asigna a H. aff. erecto. Con este término se reconocen las afinidades de Pink con Homo erectus, pero se deja abierta la posibilidad de que pertenezca a otra especie”.

Y aquí viene la tercera parte importante de este hallazgo: los fósiles indica que pudo haber más especies que migraron a Europa desde otros lugares. Y mucho antes de lo que creíamos. Nos acercamos más a desenrollar el ovillo de la pregunta mítica, de dónde venimos, pero también abre la puerta a nuevas preguntas. ¿Puede haber otras especies que aún no conocemos? ¿Cuánto ignoramos aún de nuestra evolución? La directora del Institut Català de Paleoceología Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), Marina Mosquera, concluye: “este yacimiento es clave para entender nuestros orígenes y el nuevo hallazgo refuerza el papel de Atapuerca como un referente mundial en el estudio de la evolución humana”.

Este hallazgo reescribe la historia, nos lleva mucho más atrás de lo que creíamos en cuanto a nuestros primeros pasos en Europa, como especie. Pero también muestra que no será la última vez que la reescribamos. Y eso es algo que sin duda queremos ver.