Salud
Crean la molécula artificial que aniquila el cáncer atacando su motor energético
El propio tumor podría albergar a su peor enemigo: investigadores han descubierto que una bacteria en su interior fabrica una molécula que multiplica la eficacia de la quimioterapia, abriendo una nueva e inesperada vía terapéutica
Un nuevo compuesto artificial, diseñado en un laboratorio, ha demostrado ser más potente que su inspiración natural en la destrucción de células cancerosas. Se trata de una versión sintética y modificada de una molécula que, tras ser probada con éxito en un organismo vivo, abre la puerta a una nueva generación de terapias oncológicas. La clave de su poder reside en una precisión casi quirúrgica para inutilizar a las células malignas desde su interior. Este logro se inscribe en una vanguardia científica que busca no solo imitar, sino superar a la naturaleza, un campo donde ya se han diseñado formas de vida completamente nuevas con propiedades mejoradas.
De hecho, su estrategia de ataque se centra en un punto vulnerable: las mitocondrias, las centrales energéticas que alimentan a las células. Al infiltrarse en ellas, el compuesto inhibe una enzima fundamental para su supervivencia, lo que provoca daños irreparables en su ADN y conduce a la muerte celular programada. Este mecanismo de acción directa y demoledor lo convierte en un candidato de gran interés para futuros fármacos.
Curiosamente, el punto de partida de esta investigación no es un laboratorio, sino el propio microambiente tumoral. Allí, los científicos identificaron una cepa de la bacteria Escherichia coli que producía de forma natural un compuesto llamado 2-metilisocitrato (2-MiCit), una molécula que, tal y como han publicado en SciTechDaily, hasta ahora había pasado inadvertida y que sirvió como molde para la versión sintética mejorada.
De un aliado inesperado a un arma de diseño
En este sentido, los análisis revelaron que la molécula bacteriana original ya poseía una capacidad notable para colaborar con los tratamientos existentes. Los experimentos demostraron que el 2-MiCit potencia la eficacia del fármaco de quimioterapia 5-fluorouracilo, logrando una destrucción celular combinada muy superior a la que ambos agentes podían conseguir por separado.
Así pues, aunque el hallazgo de la molécula natural fue el detonante, el verdadero avance radica en la capacidad de la ciencia para optimizarla. La eficacia del tratamiento se validó con éxito tanto en cultivos de células humanas como en un modelo animal, una mosca con cáncer colorrectal, donde un organismo vivo confirma su potencial. Este doble éxito sienta unas bases sólidas para el desarrollo de una prometedora estrategia terapéutica.