Longevidad
Un fármaco común para la diabetes, relacionado con una "longevidad excepcional" en mujeres
Las conclusiones se basan en una base de datos de varias décadas y más de 160.000 voluntarias.
La metformina es un medicamento que se usa principalmente para controlar los niveles altos de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2. Funciona reduciendo la producción de glucosa en el hígado, disminuyendo su absorción en el intestino y mejorando la sensibilidad de las células a la insulina. Es el medicamento oral más comúnmente recetado para esta condición. Pero podría esconder un secreto
Un nuevo estudio, publicado en The Journals of Gerontology: Series A, sugiere que este fármaco podría estar asociado con una mayor probabilidad de alcanzar lo que los autores describen como “longevidad excepcional”: vivir al menos 90 años. El hallazgo proviene de uno de los conjuntos de datos más amplios y detallados sobre salud femenina jamás reunidos, y pone en el centro del debate el posible papel de este fármaco en la biología del envejecimiento.
Las conclusiones se basan en los datos del Women’s Health Initiative (WHI), un proyecto que ha seguido durante al menos dos décadas a unas 161.000 mujeres posmenopáusicas. Para evaluar el impacto real del tratamiento, los autores, liderados por Andrea Z LaCroix, de la Universidad de California San Diego, compararon dos grupos: mujeres que comenzaron terapia con metformina y mujeres que iniciaron sulfonilureas, otro fármaco habitual contra la diabetes tipo 2.
Ambos grupos fueron emparejados cuidadosamente según edad, salud general, estilo de vida, índice de masa corporal y otros medicamentos, de modo que las diferencias observadas estuvieran lo más aisladas posible del efecto del fármaco.
Y los resultados llamaron la atención del equipo de LaCroix. Las mujeres que tomaron metformina tenían un 30 % menos de riesgo de morir antes de los 90 años en comparación con quienes usaban sulfonilureas. La mortalidad antes de los 90 fue de 3,7 muertes por cada 100 personas-año en el grupo de metformina, frente a 5,0 en el grupo de sulfonilureas. Eso sí, los autores aclaran que el estudio es observacional: no demuestra causalidad, pero sí señala una asociación robusta que merece ser explorada en ensayos clínicos.
La pregunta clave es qué mecanismo hace que la metformina influya en el envejecimiento. Aunque este fármaco se usa para regular la glucosa, hace tiempo que despierta interés como posible fármaco “geroprotector”. En estudios celulares y animales se ha visto que activa la vía AMPK, asociada con la regulación energética y la resistencia al estrés celular, reduce procesos inflamatorios y ciertos tipos de daño molecular y podría hacer que las células funcionen mejor bajo condiciones metabólicas exigentes.
Estas rutas están muy vinculadas con la biología del envejecimiento, y por eso la metformina es uno de los candidatos más estudiados en la ciencia del envejecimiento. Sin embargo, los datos en humanos son más matizados. Algunos estudios han encontrado beneficios cardiovasculares o metabólicos en el corto plazo; otros muestran efectos más modestos o dependientes de la edad de inicio. Incluso en modelos animales, la metformina no siempre prolonga la vida de forma consistente.
De modo que este nuevo estudio, es prometedor, pero que debe interpretarse con cautela. Por ejemplo, los resultados no dicen que la metformina “alargue la vida” de manera directa, sino que las mujeres que la tomaron tuvieron más probabilidad de alcanzar los 90 que las que usaron otra medicación. Esto puede deberse al fármaco, pero también a otros factores no detectados. Por eso, los autores lo consideran un primer paso para entender cómo los tratamientos antidiabéticos influyen en la longevidad.