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Astronomía

No, la NASA no ha activado el protocolo de defensa planetaria por el 3I/ATLAS

Un enigmático cometa llegado de otra estrella, con una química insólita y una cola que desafía la física, se aproxima al Sol mientras crecen las especulaciones sobre si podría ser, en realidad, un objeto de origen no natural

¿Sabríamos distinguir los elementos para la vida en 3I/ATLAS? JS/GeminiJS/Gemini

La hipótesis, tan audaz como controvertida, la ha vuelto a poner sobre la mesa el físico Avi Loeb: un misterioso visitante llegado desde más allá de nuestro sistema solar podría ser, en realidad, un objeto de tecnología extraterrestre. Esta sugerencia, que roza la ciencia ficción, se alimenta de las extrañas peculiaridades de un cometa que desafía las explicaciones convencionales y que ha puesto en alerta a la comunidad astronómica internacional.

De hecho, el protagonista de este enigma cósmico es el cometa 3I/Atlas, el tercer visitante interestelar detectado en la historia. Su viaje lo llevará el próximo 29 de octubre a alcanzar el perihelio, el punto de su órbita más cercano al Sol, un momento que los científicos esperan con enorme interés para poder estudiarlo con mayor detalle y tratar de desentrañar los secretos que esconde. De hecho, las principales agencias espaciales ya han corroborado su singularidad, pues la NASA y la ESA confirman que el objeto interestelar 3I/Atlas es 'muy raro', lo que intensifica la expectación por su paso cercano al Sol.

Asimismo, lo que ha desconcertado a los astrónomos son sus características anómalas. El cometa presenta una cola invertida, un fenómeno que parece contradecir las leyes físicas al no orientarse en la dirección que cabría esperar por la acción del viento solar. A esta singularidad se suma, una inusual abundancia de níquel en su composición, que curiosamente no va acompañada de la presencia de hierro, una combinación muy poco frecuente en los cuerpos celestes conocidos. Esta composición química poco común se suma a otros hallazgos que desafían nuestro entendimiento, como el de un mineral alienígena que es inmune al calor y que también reescribe el conocimiento científico.

Observación científica frente a las teorías más audaces

En este contexto, la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) ha puesto en marcha una campaña de observación exhaustiva. Sin embargo, sus responsables han querido subrayar que el objeto no representa ninguna amenaza para la Tierra. El protocolo de defensa planetaria de las Naciones Unidas, que se activa cuando el riesgo de impacto supera el 1 %, permanece desactivado, ya que la trayectoria del 3I/Atlas no implica peligro alguno de colisión. Aunque este objeto no sea peligroso, la prevención sigue siendo una prioridad global, y por ello China tiene una misión clara para defenderse de un asteroide con potencial de impacto.

No obstante, la comunidad científica ha recibido las especulaciones de Loeb con un considerable escepticismo. Su hipótesis se basa en una escala de probabilidad que él mismo ha desarrollado para determinar si un objeto es de origen artificial, pero esta metodología carece del respaldo formal de las principales agencias espaciales. Por ahora, los telescopios de todo el mundo seguirán apuntando al cometa, con la esperanza de que sean los datos, y no las conjeturas, los que finalmente revelen su verdadera naturaleza.