Química
La vida pudo haber "llovido del cielo", según un nuevo estudio
Un nuevo estudio sugiere que algunas moléculas clave para la vida pudieron surgir de un modo que no creíamos posible
La ciencia no puede saberlo todo, sin duda, y cuando se trata de cosas del pasado se enfrenta a una limitación evidente: que el pasado, pasado está. No podemos volver atrás y, como mucho, podemos jugar a los detectives y sacar especulaciones altísimamente probables sobre cómo fueron las cosas. No tendremos certezas, pero la ciencia nos lleva tan cerca de ellas como podemos llegar. Y eso es lo que persigue una de las últimas investigaciones de la Universidad de Colorado Boulder.
El estudio ha sido publicado en la conocida revista científica PNAS y busca arrojar luz sobre una de las preguntas más trascendentales que podemos hacernos: ¿Cómo surgió la vida? Hipótesis hay por decenas, pero lo que plantean estos investigadores es más fino y explica una de las polémicas más mediáticas de la ciencia reciente: ese optimista artículo que decía haber encontrado indicios de vida en venus. Hace unos años, los telediarios abrieron anunciando la presencia de unos extraños compuestos del azufre en la atmósfera de Venus. Los autores del estudio concluían que no era muy probable que tales sustancias se hubieran generado espontáneamente, sino que requerían de seres vivos y su bioquímica. Ahora sabemos que aquello fue… muy aventurado y que, en contra de lo que pensábamos los compuestos del azufre (y en cierto modo la vida, por lo tanto) pudieron haber llovido de cielo.
La importancia del azufre
Lo que sí sabemos es que, para que surja la vida, han de formarse antes una serie de sustancias clave y, lógicamente, han de formarse sin que medien procesos biológicos porque… bueno, todavía no hay vida. Esa química prebiótica (que es como la llamamos) implicaría una larga lista de sustancias indispensables para la vida y, entre ella, algunas moléculas compuestas, en parte, por azufre. Un ejemplo son aminoácidos como la cisteína. Y, para hacernos una idea, los aminoácidos son los bloques de los cuales están compuestas las proteínas, que son, sin exageración posible, las encargadas de llevar a cabo prácticamente todas las acciones que una célula requiere para mantenerse viva.
Durante mucho tiempo, los científicos pensaban que aminoácidos como la cisteína, al requerir el azufre, habrían sido el producto de la actividad de los primeros organismos vivos. La importancia de este estudio es, precisamente, que invierte esta relación y plantea que estos aminoácidos también podrían haber precedido a la vida formándose, concretamente, en la atmósfera terrestre. Eso significa que encontrar compuestos orgánicos del azufre en otros planetas no es un buen indicador de que en ellos exista vida, aunque si estos aminoácidos se pueden generar espontáneamente en la atmósfera de planetas inerte, parece que las condiciones necesarias para que surja la vida serían más frecuentes de lo que pensábamos.
Una simulación
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores iluminaron una mezcla con los gases que creíamos que había en una atmósfera previa a la aparición de la vida (metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y nitrógeno). Tras analizar la evolución de esta atmósfera simulada, los investigadores detectaron la aparición de compuestos orgánicos del azufre. Cierto es que su cantidad era mínima, pero estimaron que en una atmósfera con un volumen que tenía la nuestra, habría surgido suficiente cisteína para sostener mil cuatrillones de células (un 1 seguido de 27 ceros). Y, para que tengamos una referencia, nuestra atmósfera actual puede abastecer a 1 quintillón (un 1 seguido de 30 ceros).
“Aunque no es tantas como las que existen ahora, seguía siendo mucha cisteína en un entorno sin vida”, dijo Nate Reed, autor del estudio e investigador posdoctoral en la NASA. Podría ser suficiente para un incipiente ecosistema global, donde la vida apenas está comenzando”. Pero hay más, los investigadores detectaron otros compuestos orgánicos del azufre importantes para la vida, como el aminoácido taurina y la coenzima M.
“Probablemente la vida requirió algunas condiciones muy especializadas para comenzar, como cerca de volcanes o respiraderos hidrotermales con química compleja”, dijo Browne, otra de las autoras del estudio. “Solíamos pensar que la vida tenía que empezar completamente desde cero, pero nuestros resultados sugieren que algunas de estas moléculas más complejas ya estaban muy extendidas bajo condiciones no especializadas, lo que podría haber facilitado un poco que la vida despegara”.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Puede parecer que la diferencia es pequeña entre el quintillón de células que puede abastecer de cisteína la atmósfera actual y los mil cuatrillones que podía nutrir la primitiva. No obstante, estamos hablando de tres ceros, esto es, 1000 veces menos. Esa diferencia es mucho más relevante de lo que pueda parecer.
REFERENCIAS (MLA):
- Reed, Nate, and Ellie Browne. “An Archean Atmosphere Rich in Sulfur Biomolecules.” Proceedings of the National Academy of Sciences, 1 Dec. 2025, doi:10.1073/pnas.2516779122.