El Rey admite que España «no está ni mucho menos» donde debe estar en I+D

El Rey Felipe VI presidió ayer en Valencia la entrega de los Premios Jaume I en una edición marcada por la actualidad política y social y por reivindicaciones históricas que no se resuelven. El monarca resaltó que «vivimos en una era en la que el capital intangible ha desplazado al convencional como fuente de desarrollo de las sociedades. Las empresas y las instituciones dependen cada día más del ingenio de sus empleados o de sus miembros, de su capacidad para innovar, que de los activos de los que disponen». Por eso, considera que «España debe aspirar a que se incremente la inversión en la formación de las personas, en el desarrollo de las aplicaciones informáticas, en las bases de datos y en la I+D, en las mejoras organizativas y en la marca de las instituciones y entidades implicadas. Esta nueva era de los intangibles exige también sin duda, un ajuste en la reorientación de los esfuerzos y no solo en aumentar los recursos empleados». Porque, según apuntó, pese a los avances en España «no estamos ni mucho menos donde debemos estar».

En la misma línea se pronunció, en nombre de los galardonados, Pura Muñoz Cánoves (Investigación Médica), quien, tras criticar el descenso de las ayudas públicas exigió «una política valiente a largo plazo». Además, señaló que «una sociedad científicamente consciente es más libre, más igualitaria, menos manipulable, especialmente en un tiempo cargado de ‘fake news’».

Las mismas posverdades a las que hizo referencia el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien defendió que la ciencia es «la mejor vacuna» frente a la «visceralidad, la irracionalidad y el espíritu de ‘muera la inteligencia’ que algunos intentan inocular» en la sociedad, por lo que reivindicó la ciencia frente la incultura, la posverdad y el fanatismo.

«No da votos... pero»

Por su parte, Vicente Boluda, el presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, promotora de los premios, lanzó contra los responsables políticos una dura crítica envuelta en aviso a navegantes: «La investigación económica no da votos, pero puede evitar otra burbuja inmobiliaria; las matemáticas puras no dan votos, pero pueden ayudarnos a encontrar la cura del Alzheimer; la investigación médica no da votos, pero puede salvarnos la vida; las nuevas tecnologías no dan votos, pero crean empleos del futuro; la investigación sobre medio ambiente no da votos, pero puede mitigar la crisis climática; apoyar el emprendimiento no da votos, pero mejora la competitividad de nuestro país». Por todo ello consideró necesaria una nueva orientación de las políticas públicas encaminadas a fortalecer estos ámbitos, aunque se mostró poco optimista respecto a la respuesta, por lo que solicitó el compromiso de toda la sociedad (empresarios, docentes, investigadores...). «Como responsables públicos, y aunque no dé votos, se pueden priorizar políticas públicas que centren el proyecto que como país queremos en el medio y largo plazo. Se debe trabajar por el fortalecimiento de las instituciones y se impone huir de la crispación que lamentablemente se ha instalado n la vida política y que tanto lastra nuestro avance».

En esta 31 edición de los Premios fueron galardonados Xavier Tolsa (Investigación Básica); José García Montalvo (Economía); Pura Muñoz Cánoves (Investigación Médica); José Antonio Sobrino Rodríguez (Protección del Medio Ambiente); Aníbal Ollero Baturone (Nuevas Tecnologías) y Carlota Pi Amorós (Emprendedor).