Comunidad Valenciana
La UCO considera que Zaplana y Cotino prepararon juntos los concursos del Plan Eólico y las ITV
La Guardia Civil refleja citas en la agenda del expresidente que coinciden con momentos claves del proceso
Los investigadores de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil han detectado citas marcadas en la agenda personal del expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que reflejan que éste se reunió con Juan Cotino en fechas relacionadas y consideradas claves en el proceso de concurso y posterior adjudicación tanto del Plan Eólico Valenciano, del que resultó adjudicatario parcial la empresa Sedesa, de la familia Cotino, como de la privatización de las plantas de la Inspeccion Técnica de Vehículos (ITV).
Así, los investigadores señalan que “en relación a los indicios que se vienen recopilando sobre el supuesto trato de favor dado al grupo Sedesa con ocasión de la concesión de la explotación del servicio de ITV, cabe señalar determinadas anotaciones manuscritas que aparecen reflejadas en las agendas personales de Eduardo Zaplana durante el periodo que se lleva a cabo el concurso y la adjudicación de este servicio”. Y así, la UCO enumera que “en la página relativa al jueves día 12 de junio de 1997 figura la anotación “Cena: Juan Cotino” resultando que al día siguiente se aprobaron los pliegos que iban a regir la licitación del servicio de ITV”.
Además, “en la página relativa al viernes 4 de julio de 1997 figura la anotación 'J Cotino’ . Esta reunión se lleva a cabo en una fecha cercana a la publicación del concurso”. También el día 6 de agosto de 1997, Zaplana y Cotino se reúnen a las dos de la tarde, el mismo día en que se produce la apertura de los sobres con las proposiciones técnicas y económicas" de las ofertas de las ITV. Por último, el 17 de noviembre de 1997 “figura la anotación Juan Cotino y Luis Batalla. Este último podría corresponder con Luis Batalla Romero, vinculado al grupo Lubasa, que del mismo modo fue adjudicatario de uno de los lotes del servicio de ITV a través de la UTE en la que participaba su sociedad. También en esa misma página relativa al día 17 en la fila de las 13 horas, aparece anotado el nombre de Pavasal, sociedad que al igual que las anteriores fue adjudicataria de uno de los lotes de la ITV. Todas estas reuniones se producen en el periodo de tiempo comprendido entre la adjudicación del contrato (día 5-11-1997) y la publicación de la misma en el Diario Oficial de la Generalitat (20-11-1997)”.
Los investigadores también han encontrado indicios de que Zaplana y Cotino se volvieron a comunicar con ocasión de la adjudicación mediante concurso de uno de los sectores del Plan Eólico Valenciano. Así, destacan un correo electrónico dirigido por Zaplana a Juan Cotino el 18 de octubre de 2000 en el que aborda “la inversión de Sedesa en las adjudicaciones del Plan Eólico Valenciano”. En la agenda personal de Eduardo Zaplana consta un encuentro al día siguiente de enviar este correo referido al Plan. Indica la Guardia civil que el 3 de octubre de ese año “se da inicio al trámite de Información Pública del Plan Eólico".
Poco después de adjudicarse el Plan Eólico, la Guardia Civil detecta movimiento de capital en la empresa Imison Internacional, cuya titularidad, según los investigadores correspondería a Eduardo Zaplana, Joaquín Barceló y Francisco Grau. Concretamente, el día 9 de mayo de 2001, Juan Cotino, entonces director general de la Policía, entrega en mano y en efectivo en Luxemburgo a la gestora de inversiones Beatriz Paesa la cantidad de 607.022 euros, que son ingresados por ésta en la empresa Imision Internacional, que es la matriz, en opinión de los investigadores, del entramado de empresas con las que los investigados trataron de ocultar el dinero cobrado por las adjudicaciones amañadas. Aquí también señala la Guardia Civil que cuatro días antes de que Cotino realizara esta entrega en efectivo en Luxemburgo, mantuvo una cita con Eduardo Zaplana que consta anotada en la agenda de éste.
Lo mismo sucede el día 21 de diciembre de 2001, dos días después de la constitución de la sociedad Valenciana de Revisiones que tendrá la titularidad de la Zona 1 de las ITV (Castellón). Esta vez el encuentro se produce a las dos de la tarde en “casa”. Además, unos días después, concretamente el día 28, se produce una nueva reunión con Cotino, y previamente con Francisco Grau.
También apunta la Guardia Civil, una nueva reunión de Zaplana y Cotino al día siguiente de que la empresa Inversiones Imision, presuntamente propiedad de Zaplana, Grau y Barcelo, adquiera el 36,75 por ciento de Levantina de Obras y Servicio, que a su vez participa tanto en Valenciana de Revisiones (ITV) como en Proyectos Eólicos Valencianos (Plan Eólico).
Por último, la Guardia Civil también ve relación entre el encuentro de Zaplana y Cotino y la elaboración de la “hoja de ruta de Imisión Internacional” en septiembre de 2001.
Según ha trascendido después del levantamiento del secreto del sumario sobre la parte de la investigación de la causa Erial que permanecía secreto, los investigadores afirman que se crearon más de una veintena de empresas para “mover” y ocultar el dinero proveniente de las “mordidas” por las adjudicaciones del gobierno valenciano. Las cantidades que estiman los investigadores pueden llegar a alcanzar los 22 millones de euros.
Ni un papel
Bien es cierto que tal y como señalan los testaferros de las empresas de la trama en el extranjero, Fernando Belhot y Beatriz Paesa, no hay ni una firma ni un papel que vincule a Eduardo Zaplana con estas empresas, ya que como explica Belhot “es un acuerdo verbal que no tenía... que no estaba firmado entre... en el caso que pienso que interesa, el señor Eduardo Zaplana ni éste.... el señor Barceló ni...el señor Grau era su asesor fiscal, o sea no, él no participaba”
Así las cosas, el dinero que supuestamente los imputados de la trama Erial desviaban al entramado de empresas eran gestionado por Belhot y de hecho muchas de estas empresas estaban vinculadas con el despacho profesional de este testaferro uruguayo. La titularidad de las mismas no se corresponde con Zaplana en nigún documento, como él mismo ha negado en múltiples ocasiones. Sin embargo, los investigadores sí que detectan movimientos de capital sobre todo coincidiendo con los años en que Zaplana cae enfermo de leucemia. El propio Belhot explica que Zaplana quiso recuperar el dinero, o “tenerlo cerca” porque tenía “una enfermedad terminal”. Además, Belhot también desvela que Zaplana estuvo valorando realizarse un tratamiento contra la leucemia en Nueva York que costaba un millón de euros. Otro motivo por el que los investigadores creen que el expresidente trató de traer el dinero a España.
El testaferro uruguayo explica que en siete años, Zaplana recuperó alrededor de 2.300.000 euros que partieron de cuentas diversas, concretamente una partida ascendió a 770.000 euros, otra a 615.000 euros y una última a 1.040.000 dólares.
El dinero se enviaba mediante agentes de cambio: “no son como Wester Union, son agentes de cambio (...) ellos tiene contactos en todo el mundo y se encargaan de recibir el dinero y de entregar el dionero, y de hacerlo de forma persona, digamos en la jurisdicción donde se le pida”
Este dinero nunca se entregó a Zaplana sino que “en el 90 por ciento de las ocasiones” se le daba a su secretaria personal Mitsouko Henríquez, o a otra persona, “un chófer o un amigo de él”, pero nunca a Zaplana en persona.
Belhot manifiesta durante el interrogatorio , celebrado por videoconferencia con Uruguay el 25 de enero de 2019, su admiración por Eduardo Zaplana: “es una persona que a mi, tengo que reconocer, en mi calidad de uruguayo, que me deslumbraba o me deslumbró porque tenía contactos a nivel total, o sea a través de él y de su presidencia del Club siglo XXI yo conocía personajes de la política española y de las empresas españolas de mayor nivel mundial que dada mi condición de extranjero nunca hubiera podido conocer. Y obviamente como profesional eso me abría unas puertas muy importantes a los efectos de poder ofrecer mis servicios...”.
Antes de que se lo pidan
Según se desprende del interrogatorio de Belhot, el dinero que presuntamente no pudo repatriar Zaplana y que seguía en poder del Belhot, al igual que antes había estado el resto, es depositado por el testaferro en la cuenta de depósito de los juzgados de Valencia, antes incluso de que la juez instructora se lo pida. De hecho, en el interrogatorio, cuando le pregunta el fiscal a Belhot “usted está dispuesto, el que queda, el que no le ha entregado a Eduardo Zaplana, está dispuesto a entregarlo a la cuenta del juzgado a disposición de las autoridades españolas”, Belhot contesta no solo que está dispuesto, sino que ya ha dado la orden al Julius Bank para que haga la transferencia, tal y como al parecer habría negociado previamente con el fiscal.
Además, la parte del sumario que quedaba secreta incluye documentación obtenida en múltiples comisiones rogatorias en las que se certifica los movimientos de dinero entre la empresa Sedesa y las múltiples empresas del entramado y que apuntalaría la investigación de la Guardia Civil sobre el entramado de cobro de comisiones que sustancia la acusación de la causa Erial.
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