Economía

Los promotores inmobiliarios, optimistas en plena pandemia

Jesualdo Ros: “No pedimos ayudas, solo agilidad en los trámites. La construcción puede tirar de la ecnomía”

Jesualdo Ros, secretario general de Provia y de Feprova
Jesualdo Ros, secretario general de Provia y de FeprovaManuel; LorenzoLa Razón

Optimismo pese a la incertidumbre y viejas reivindicaciones que deberían hacerse efectivas, ahora sí, lo más rápido posible. En este escenario trabajan los promotores valencianos.

Es un momento complicado pero somos optimistas de cara al futuro porque esto es un paréntesis de pocos meses y volveremos a la normalidad. Nuestra actividad tiene una maduración muy larga, dos o tres años. Solo paramos unos ocho días”, explica Jesualdo Ros, secretario General de Provia (Asociación de Promotores Inmobiliarios de la provincia de Alicante) y Feprova (Federación de Promotores Inmibiliarios de la Comunidad Valenciana).

Lo aprendido de la anterior crisis y la situación en la que ha quedado el sector durante la última década, son las claves para entender que exista cierta tranquilidad entre los promotores. “La mayoría de viviendas de nueva construcción están vendidas, no se puede trabajar de otra manera. Es más, los bancos no nos darían la financiación”. La experiencia de la crisis de 2008 obliga a que toda promoción comience a construirse solo si la viabilidad está asegurada. “Además, las empresas que superaron la crisis son muy solventes y están preparadas”.

En una entrevista a LA RAZÓN, explica que el ritmo, no obstante, no es ni siquiera comparable con el del boom inmobiliario. “En Alicante el pasado año se empezaron unas 7.000 viviendas y en la Comunidad Valenciana en torno a las 12.000. Hace 15 años en Alicante había más de 40.000 y en el conjunto de la Comunitat Valenciana 60.000”.

Ros insiste en la importancia del comprador extranjero. “Es el que ha salvado los muebles en la Costa Blanca, el turismo residencial es un pilar básico,más de lo que se pueda imaginar. De hecho, la Comunitat Valenciana es la primera de Europa en cuanto a propietarios extranjeros y básicamente residen aquí”. Más de 22.000 viviendas se escrituraron el pasado año por parte de extranjeros, operaciones que dejaron 3.200 millones de euros. “A este importe hay que añadir el gasto que hacen en chiringuitos, restaurantes, tiendas... Son más de 6.000 millones de euros. Sin contar con los nacionales".El año pasado 5.300.000 extranjeros vinieron a la Comunitat Valenciana y se alojaron en viviendas en alquiler o propiedad de familiares.

“El anuncio de la cuarentena nos puso los pelos de punta, pero todo parece que va por el buen camino porque la Unión Europea está de acuerdo en facilitar la movilidad y los corredores”. Solo en la Costa Blanca hay 133.000 propietarios extranjeros, “esos son cautivos y les apetece venir aquí. La cuarentena es una mala imagen”. La clave, una vez más, está en los tiempos, “tenemos que conseguir que a finales de junio vengan aviones con regularidad y que en julio haya cierta normalidad”.

En este sentido, admite que existe cierta preocupación para aquellos que ya han comprado y quieren escriturar sus vivienda. “Esos retrasos son innecesarios. Esta gente se gasta cerca de 8.000 millones de euros en la Comunitat Valenciana”.

“Cada vez vamos a utilizar más las segundas residencias”

Por lo que respecta a la compra de segunda residencia por parte de los españoles, confía en que tenga mucho más peso a lo largo de este año. "Estamos esperanzados en recuperar las conexiones interiores y es cierto que cada vez hay más interés. Van a cambiar muchas cosas a nivel profesional y de trabajo, vamos a utilizarlas más”. Este mercado también es muy importante, ya que el 32 por ciento de los españoles que disfrutan de una segunda residencia la tienen en la Comunitat Valenciana.

El comprador potencial tiene más de 50 años, tiene ahorros y empieza a descartar los viajes exóticos. La vivienda, y más después de la situación de la bolsa, vuelve a ser un bien seguro para invertir. “Es más estable y además, le das uso. Todo está cambiando, pero poco a poco”.

Reivindicaciones: ayudas a los jóvenes y agilidad

Ros insiste en que los jóvenes siguen queriendo comprar una vivienda e incluso pueden pagar la hipoteca, a lo que no pueden hacer frente es a la entrada. Por eso, reclaman a las Administraciones que pongan en marcha un programa parecido al de los británicos, llamado “Help to buy”. Esta iniciativa prevé que el Estado avale el 20 por ciento del valor del inmueble, el porcentaje que las entidades financieras no quieren adelantar, pues piden un 80 por ciento. “Facilitaría la compra de la primera vivienda sin necesidad de entrar en subvenciones”. Los promotores afirman que si a esta medida se añade la rebaja el IVA en la compra de la vivienda- del 10 al cuatro por ciento- se conseguirá un impulso importante en el mercado inmobiliario.

El sector de la construcción tienen capacidad para contribuir a la recuperación económica”. La principal reivindicación que han trasladado al Gobierno valenciano es la necesidad de agilizar la tramitación.

“Es una irresponsabilidad de la Administración que tardemos de ocho a diez meses para una licencia de obras o cuatro meses para poder entregar una vivienda. Miles de personas que podrían salir del paro. Cuando se entrega una licencia de obras se activa el proceso: financiación, proveedores, contratas, profesionales y todo el mundo se pone a trabajar. El impacto sería espectacular. No queremos ayudas. Lo llevamos reclamando muchos años, pero en estos momentos se debe dictar una norma de carácter excepcional”.