Entrevista
Un experto de la OMS: “Las medidas son descafeinadas. Hay que cerrar cuatro semanas sin parar de vacunar”
El catedrático de la Universidad de Valencia insiste: “Que la gente vacunada no piense que ya es totalmente inmune por recibirla, vamos a seguir más tiempo con esto”
El presidente de la Federación Mundial de Medicina Tropical y experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Santiago Mas-Coma, asegura que la situación de la pandemia, un año después de conocerse los primeros casos, no es “nada halagüeña” y las medidas restrictivas que se toman en España son “descafeinadas”.
En una entrevista con EFE, el catedrático de Parasitología de la Universitat de València (UV) aboga por que dejen de ponerse “parches” y se haga un cierre total de tres o cuatro semanas sin parar las vacunaciones para, después, “volver a empezar con un nivel suficientemente bajo de contagios”.
Primer año de pandemia
A su juicio, durante este primer año de pandemia “hemos aprendido muchísimo” y si durante la primera ola “la sorpresa fue general” porque “no teníamos ni el mínimo conocimiento”, en las posteriores olas, que se han ido solapando en el tiempo, “la ciencia se ha puesto a trabajar” y se sabe mejor “a qué nos enfrentamos”.
Considera que en el trasfondo de la transmisión de este virus hay “aspectos genéticos que están por averiguar y que conducen a que las respuestas inmunes sean diferentes” porque las reacciones del cuerpo humano son distintas, y en algunas personas actúa con virulencia y en otras de forma asintomática o con síntomas leves.
Según indica, la información disponible sugiere que el SARS-CoV-2 es un virus que no induce a una inmunidad de grupo tal y como conocemos en los virus gripales, y a diferencia de estos últimos también “muta relativamente poco, una o dos veces al mes”.
No obstante, al estar distribuido mundialmente “evoluciona de forma diferente en los distintos lugares” y mientras en la primera ola la cepa llegó de Wuhan a Lombardía, en el caso de la segunda la cepa mutada la introdujeron africanos que trabajan en la vendimia en Lleida y Huesca.
En la tercera ola, y con un ambiente frío que invita a estar en espacios cerrados, el problema esencial ha sido la aparición de una nueva cepa, la británica, con mutaciones que le confieren una mayor capacidad de transmisión, de hasta el 70 por ciento. También preocupan la sudafricana y la brasileña.
“En cuestión de pocas semanas la cepa británica estaba en cincuenta países, y aunque en España se introdujo relativamente tarde ya se está extendiendo”, señala Mas-Coma, para quien la perspectiva futura “no es halagüeña”.
Vacunas
Con respecto a las vacunas, advierte de que “como vamos tan rápido, aún no se han podido evaluar lo suficiente”, aunque se sabe que el coronavirus induce una respuesta inmune y produce anticuerpos neutralizantes que empiezan a decaer a partir de los dos meses y hasta los 6 meses después de la infección.
No obstante, señala que vacunas como las de Pfizer se han evaluado solo hasta los dos meses. “Luego habrá que ver cuánto reduce la patogenicidad la inmunidad que otorga esta vacuna” y, para eso, “se necesita tiempo”.
Además, añade, un “gran interrogante” es la protección que darán las vacunas y cuánto va a durar, porque “la mejor vacuna que puedes tener es haberte infectado, pero hay gente que se ha reinfectado por una segunda vez, incluso a los pocos meses de la primera infección”.
“¿En qué porcentaje estas vacunas van a reducir la capacidad de infección de la gente vacunada o de que estas personas transmitan la enfermedad a otras?”, se pregunta para advertir: “Que la gente vacunada no piense que ya es totalmente inmune por recibirla, vamos a seguir más tiempo con esto”.
A su juicio, “es probable que el SARS-CoV-2 podamos pararlo igual que el Sida, con diagnósticos rápidos, confinamiento inmediato de los positivos y el uso de antivirales, a lo que se podrían sumar las vacunas más eficientes. En el momento actual ya hay algún antiviral muy prometedor en fases últimas de evaluación”.
Adaptación del virus
Según el catedrático de Parasitología, el coronavirus “se está adaptandopoco a poco a la especie humana y cada vez que muta tiene una mayor transmisibilidad entre las personas, algo que, desde el punto de vista evolutivo, tiene una lógica aplastante”.
Lo que faltaría por determinar es si ese incremento paulatino de la transmisibilidad implicará un aumento de la patogenicidad del virus, señala.
Medidas descafeinadas
A su juicio, las medidas restrictivas que se están adoptando en España “son descafeinadas, son parches que no van a parar al virus”, y coincide con los que abogan por un cierre total de tres o cuatro semanas.
“De esa forma lo pararíamos y reduciríamos”, afirma Santiago Mas-Coma, quien señala que tras ese cierre “el virus volvería, pero no lo haría con 10.000 casos diarios incontrolables, sino con un número manejable de 100 o 200”.
También advierte de que los centros sanitarios están “totalmente desbordados” y asegura: “No sé si la gente en primera línea podrá aguantar física o psicológicamente la situación”.
“No veo las cosas nada halagüeñas, soy realista, y los que tienen responsabilidades cada vez hacen menos caso a los sanitarios que saben. Se toman medidas con intereses diferentes a los sanitarios”, asegura.
Además, critica que la Unión Europea “ha perdido una oportunidad única de demostrar que podría funcionar para algo”, ya que debería “haberse coordinado mejor las medidas entre los países europeos. Con este coronavirus, 24 horas de retraso son fatales”.
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