El gallinero

Emotivo homenaje a Ramón Vilar

El presentador y los participantes supieron llegar al corazón de los presentes y glosar a una persona especial

Ese es el calificativo «emotivo» que lograron trasladar los organizadores y el presentador del homenaje a Ramón Vilar, persona con las virtudes que adornaron a nuestros políticos en la transición. Socialdemócrata, dialogante, ajeno al sectarismo, culto, resolutivo y «granota» fueron virtudes ensalzadas por la decena de intervinientes que, más allá de la elegía, supieron impregnarnos del «Ramonet» querido dentro y fuera de su partido.

Conocía su forofismo levantinista, su propensión al entendimiento, su inclinación a desdramatizar los problemas. Ignoraba su afición al rugby, sus conocimientos universales y su amplio espectro de admiradores y quereres. Faltó, según mi amigo Rogelio, saber qué opinaba el alcalde de un miembro tan destacado de su Gobierno.

Ramón, descansa en paz. Así es la vida.