Medio Ambiente
De salvar delfines a descifrar el lenguaje de las belugas, los cinco años de la Fundación Oceanogràfic
Un centenar de proyectos avalan la labor científica de esta institución valenciana
Detectar enfermedades respiratorias en delfines, conocer el lenguaje de las belugas o ayudar a recudir el impacto de la pesca en las tortugas marinas son algunos de los logros recientes que han situado a la Fundación Oceanogràfic de la Comunitat Valenciana en el primer plano internacional de la investigación y la conservación del ecosistema marino con más de un centenar de proyectos -80 de investigación y 25 de conservación- desarrollados durante sus cinco años de existencia.
La gran diversidad de animales que habitan en el Oceanogràfic y la facilidad de acceder a ellos es un elemento y una oportunidad que atrae a la comunidad científica, haciendo posible que investigadores de todo el mundo puedan estudiar especies y ejecutar proyectos que de otra forma serían imposibles de completar.
Una inmensa parte de la investigación que se lleva a cabo en la Fundación se realiza en colaboración con entidades e instituciones públicas y privadas de índole internacional. Además, muchos de estos estudios han permitido aplicar el conocimiento adquirido con los animales del acuario valenciano en su medio natural, como es el caso de los delfines y las belugas.
La Fundación Oceanogràfic celebra este año su quinto aniversario y el trabajo de sus investigadores ha dado como fruto la publicación de 145 artículos en revistas científicas especializadas en el ámbito marino, 15 tesis doctorales -5 finalizadas y 10 en progreso-, más de 15 trabajos final de grado y máster, el desarrollo de 30 líneas de investigación y de 25 de conservación y la realización de 78 intervenciones en congresos, actividades formativas, cursos y reuniones internacionales.
De la misma manera, el programa de conservación de la Fundación Oceanogràfic ha hecho posible atender -en el marco de actuación de la Red de Varamientos de la Comunitat Valenciana- a 366 tortugas y más de treinta animales varados entre cetáceos y tiburones desde 2016.
Unos trabajos que se completan con la actividad divulgativa que se realiza tanto en el propio acuario como en el entorno próximo, con iniciativas de concienciación para la conservación de los mares y océanos.
Animales entrenados para la ciencia
Con el nacimiento de la Fundación Oceanogràfic en 2016 se incrementaron las labores de investigación, conservación y divulgación con el objetivo de ampliar la misión del acuario valenciano de proteger y conservar los mares y océanos.
Una muestra de estos estudios llevados a cabo en los últimos años es el estudio neurológico en delfines. Es decir, cómo estos animales perciben e integran en su cerebro los silbidos de otros individuos de su especie. Un proyecto de gran trascendencia para conocer el lenguaje en los delfines y estudiar sus habilidades cognitivas.
La investigación pulmonar es otra de las líneas prioritarias en la Fundación Oceanogràfic. Durante los últimos años han hecho estudios respiratorios con las morsas que vivían en el Oceanogràfic -y que actualmente habitan en el zoológico de Pairi Daiza y Tierpark-Hagenbeck dentro de un proyecto europeo de reproducción- para comprender su capacidad de buceo; un comportamiento imprescindible para conseguir alimento en esta especie catalogada como vulnerable según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Aprendiendo el lenguaje de las belugas
Kylu, la cría de beluga que al igual que la Fundación Oceanogràfic cumple cinco años, ha sido todo un regalo y una oportunidad para la ciencia y los investigadores, ya que esta excepcional circunstancia ha hecho y hace posible llevar a cabo proyectos científicos como el seguimiento de sus vocalizaciones para entender cómo se comunica con su madre, Yulka.
Un proyecto de investigación que consta de más de 300 horas de conversaciones entre madre e hijo para entender su lenguaje, ayudar a su conservación y comprender si el ruido procedente de embarcaciones en el Ártico, cada vez más abundantes, tapa la llamada de contacto de las crías a sus madres, y como consecuencia de ese ruido los pequeños pueden perderse, incrementando el riesgo de muerte.
La enfermedad del buceador en las tortugas marinas
Otra de las áreas de importante relevancia científica ha sido el estudio fisiológico que protege a los grandes buceadores de los efectos de la descompresión, como el caso de las tortugas marinas. Los estudios en el Oceanogràfic han apuntado que, durante la inmersión, sus pulmones cuentan con mecanismos para evitar la formación de burbujas de nitrógeno en la sangre -la enfermedad del buceador-, pero cuando los animales quedan atrapados por una red pesquera, este sistema podría alterarse y, en consecuencia, favorecer la aparición de estas peligrosas burbujas y, eventualmente, causar su muerte.
Los expertos en conservación de la Fundación llevan también a cabo programas de cría en medio controlado de especies amenazadas como el galápago europeo (Emys orbicularis) y el gallipato (Pleurodeles waltl) y otras como el tiburón pintarroja (Scyliorhinus canicula) de los que se han introducido al medio natural cerca de 600 ejemplares.
Conocer, amar y proteger el mar
El tercer pilar fundamental de la actividad de la Fundación es la divulgación. Durante estos cinco años se han desarrollado numerosas acciones para concienciar a la sociedad de la magnitud del problema con los océanos y sus habitantes.
Prueba de ello ha sido la campaña de sensibilización “Tortugas en el Mediterráneo”, impulsada por la Fundación desde hace dos veranos en colaboración con los gobiernos autonómicos, ayuntamientos, FGV y municipios de la costa valenciana, Illes Balears y Murcia, con el objetivo de concienciar que una llamada al 112 puede salvar nidos, crías y tortugas marinas.
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