Literatura
«El inspector Julián Tresser está muy unido a mí y tiene aún mucho recorrido»
Valencia es el escenario de la trama de «Lo que no cuentan los muertos», la tercera novela de Inés Plana
«Morir no es lo que más duele», «Antes mueren los que no aman» y «Lo que no cuentan los muertos». Es la saga de novelas negras de Inés Plana (Barbastro, 1959), que esta vez desarrolla la emocionante trama de su historia en Valencia, con la playa de la Malvarrosa como protagonista. El inspector Julián Tresser, el personaje protagonista de todas sus historias hasta el momento, ha ido creciendo y evolucionando hasta adquirir en esta tercera novela una nueva complejidad.
«Todos los seres humanos vamos evolucionando, al menos esa es nuestra obligación», cuenta la escritora, emocionada tras el éxito de su tercera novela. Como su personaje protagonista, también Plana ha ido evolucionando, y de manera veloz.
La que ahora se sitúa entre las principales escritoras de novela negra de la editorial Espasa, lanzó su primera historia «Morir no es lo que más duele», hace solo tres años, pero la firma de libros lo tuvo claro. Había que preparar un gran lanzamiento porque la historia lo merecía.
Tras el éxito de aquella primera novela, Plana dejó su trabajo como periodista y se dedicó en exclusiva a otro tipo de escritura, la literaria. «Ambas tienen en común que son muy vocacionales, aunque los estilos narrativos sean absolutamente distintos. Si embargo, las tablas que adquirí como periodista, la capacidad de documentarme y de buscar fuentes, me han ayudado mucho en mis novelas», asegura la escritora.
No en vano, para perfilar con detalle la vida y personalidad de un capitán de la Guardia Civil, Julián Tresser, ha tenido que recurrir a fuentes de primera mano que la han ayudado a comprender cómo es la vida de uno de ellos.
¿Por qué novela negra? «Siempre me ha gustado la investigación policial. También me atraen otros géneros, como el de aventuras o el terror, pero ahora mismo me interesa este género, me permite jugar con la intriga y el suspense».
La escritora reconoce que siempre ha sido una gran lectora de novelas negras clásicas y una aficionada a los programas sobre desaparecidos. De hecho, el trabajo de Tresser consiste siempre en buscar a personas que se han esfumado sin dejar rastro, en desapariciones especialmente complicadas, como la de Rita Marí y Eduardo Molaro en esta tercera novela. Pero, como suele suceder, la vida real ofrece ejemplos para inspirar cualquier tipo de historia y, por supuesto, la novela negra no es una excepción.
«La historia de Francisca Cadenas me preocupa especialmente y siempre me ha llamado mucho la atención», explica Plana, y recuerda la historia de esta mujer de 59 años que hace cuatro años se esfumó, literalmente, al salir a la puerta de su casa en Hornachos (Extremadura) a despedir a unos amigos. Nunca más regresó y nunca más se ha sabido nada más de ella.
Tresser abre una nueva etapa
«El inspector Tresser está muy unido a mi y tiene todavía mucho recorrido. Con ‘Lo que no cuentan los muertos’ se cierra una etapa y se abre otra que me gustaría seguir desarrollando». Y es que en esta tercera novela, el inspector es ascendido a capitán, tiene una hija, a la que ha rescatado de la prostitución infantil, y sigue prendado de su gran amor, Adelaida.
Son muchos los temas que Plana aborda en esta historia, en la que la corrupción hace acto de presencia. Entrevistada por una valenciana, la escritora se apresura en aclarar que, aunque es obvio que la ciudad tiene un vínculo con la corrupción política, en absoluto se trata de un estigma.
«Amo Valencia, he sido muy feliz allí, recuerdo su luz, su enorme variedad de paisajes, y la amabilidad y hospitalidad de todos lo valencianos». Tras el halago, la escritora queda invitada para volver a Valencia cuando quiera y disfrutar de una buena paella.
✕
Accede a tu cuenta para comentar