Amamantando la vida
La lactancia prolongada, un regalo para madre e hijo
Emilse, una madre que destetó a su hija a los 5 años, cuenta la satisfacción que experimentó durante todo el proceso
Soy Emi y mi hija se llama Chiara. Ella nació por cesárea de 38 semanas y 5 días, con 2,420 gr (muy bajo peso). El miedo a su bajo peso hizo que nuestra lactancia empezara con biberones de leche de fórmula. A pesar de mi deseo de amamantar, nadie me explico ni me enseñó a extraer leche para que Chiara fuese alimentada solo con leche materna. Consecuencia de esos primeros días alimentada con biberón, Chiara no se cogía al pecho. Gracias a Dios que hay gente formada en lactancia porque conseguí que Chiara se cogiera al pecho gracias a la ayuda de la enfermera de pediatría. A pesar de cogerse al pecho Chiara apenas hacia unas pocas succiones y se quedaba dormida. En conclusión, la leche me tardó en subir.
Yo no sabía nada de lactancia y durante ese proceso recibí muchísimos comentarios. Unos buenos, otros no tanto, aunque por supuesto dichos con buenas intenciones, pero que menguan mi moral. En mi caso estoy muy agradecida de las personas que me ayudaron, que me brindaron su apoyo, ayuda e información, como el grupo de madres del taller de lactancia, a la asesora de porteo ergonómico y a mi enfermera, pero también, hoy recuerdo esos comentarios desafortunados con cierta gratitud, ya que, en muchos momentos quitaban peso a la situación, y me daban fuerzas para continuar, comentarios del tipo: “Ya está, dale biberón y comienza a disfrutar de tu hija... ¿qué es lo peor que puede pasar? Relájate”. Suponían unos minutos de derrota en los que analizaba la situación, tomaba fuerzas y me reafirmaba en mi decisión.
El ¨NO¨ ya lo tenía, así que continué intentándolo. Mi padre siempre me decía que soy una persona perseverante, así que, en mi tenacidad, convertí esos comentarios desalentadores en fuerzas para continuar.
Creo que hay que tomar ventaja de lo bueno que se nos presenta; pero también hay que sacar provecho de los juicios no tan buenos en momentos difíciles, ya que pueden hacernos más fuertes.
En definitiva, mi tenacidad junto con una gran dosis de serenidad, hizo que, no sé exactamente cuánto tiempo después, pero alrededor de los 40 días, Chiara se enganchara bien al pecho. Desde entonces hasta el último día fue mágico. Valoré mucho cada día porque sé lo que me costó, y orgullosa de mi cuerpo, di el pecho en todos los lugares que ella me lo pidió. Jamás me oculté; es el acto de amor más bonito y puro que hay.
Me han dicho que Chiara sería muy mamera, dependiente, demandante...o, en la misma guardería, que yo le haría un daño psicológico, y en el colegio que le retrasaría su maduración evolutiva...Tomé la decisión el día que nació. Iba a darle el pecho porque es lo mejor para las dos y la segunda decisión es que ella decidiría cuando lo dejaría. Mucha suerte y fortuna la mía que conté con todo el apoyo del padre. Ella contrariamente a todo lo que me habían vaticinado es una niña despierta, observadora, muy sociable y empática. Tenemos un vínculo increíble. El amamantamiento y la leche materna ha contribuido a que Chiara sea como es
Para ella, amamantar siempre fue un privilegio, veía a otros niños más pequeños que no tenían su tetita, pero lejos de avergonzarse por continuar lactando, en alguna ocasión ha ofrecido convidar, los últimos meses se volvió solo una rutina para dormir. Pero me he dado cuenta que una vez finalizada la lactancia, comenzó otra etapa y es que ahora conversamos más ya que no tiene la boca ocupada.
La lactancia materna, no solo es alimento; es dar amor, y cuando me decían tu niña ya es grande para tomar el pecho, yo respondía que mi hija sabrá cuando se sienta lo suficientemente grande para dejar de recibir ese tipo de amor y pasar a la siguiente etapa.
Y es cierto que mientras haya lágrimas hay leche, es una montaña rusa emocional, te sientes todo poderosa capaz de alimentar a un ser humano y de golpe vacía como un envase con un único fin, y es justo ahí, cuando ella abre los ojos y te mira y como una subida de leche, o un pecho que se recarga entre toma y toma, te llenas de amor, positivismo y energía. Es sencillamente maravilloso, tan extraordinario que ninguna mujer y su descendencia debería de perderse.
Nosotras hemos terminado esta etapa con 5 años 4 meses y 13 días.
Gracias, gracias, gracias.
Emilse Conde
Las lactancias prolongadas deben ser protegida por todos, cada día vemos más madres que no establecen una fecha en el calendario para destetar, dejando que sea el niño o la niña quien, cuando esté preparado para ello, se destete. La leche materna no tiene ventajas, es el alimento natural, que el bebé espera recibir. Es la leche artificial la que tiene desventajas, y esta debería ser una alternativa en situaciones especificas. Porque los biberones de leche de formula no sirven para solucionar problemas sino más bien para poner en riesgo la lactancia. La ayuda de un profesional experto en lactancia puede solucionar las dificultades sin necesidad de recurrir a los suplementos de leche de fórmula.
Cuántas cosas nos hemos perdido las madres que por falta de información y/o apoyo no hemos amamantado. Amamantar es un derecho humano que tiene la capacidad de proteger la salud de todas las mujeres y de sus hijos/as, al reducir el riesgo de contraer muchas enfermedades, además de ser vinculo entre madre e hijo/a que se va fortaleciéndose a lo largo de los primeros meses y años de vida, ya que, los bebés amamantados permanecen mucho tiempo en brazos de sus madres pegados a su pecho. Un vínculo y una unión, que va más allá del binomio madre-niño/a, en donde tiene cabida también la pareja/padre y el resto de la sociedad. El bebé que es amamantado tiene muy cerca a su madre, ambos se pasan horas mirándose y acariciándose, quedarse juntos dormidos, el bebé percibe que su madre esta ahí, y responde a sus necesidades, lo cual contribuye poco a poco a que la criatura confíe a su vez en el mundo y en las demás personas.
Aportan tantas cosas esas gotas de leche... En definitiva, considero que la salud de los bebés es responsabilidad de todos. Por eso, una vez más, y a través de esta historia, hago un llamamiento a todos los profesionales de la salud para que se formen y aprendan sobre lactancia, y puedan atender y ayudar a las mujeres que han elegido y desean amamantar. Llamamiento que hago extensivo al resto de la sociedad, ya que la lactancia contribuye a un mundo más saludable, mejor educado, más equitativo y más sostenible para el medio ambiente, motivos más que suficientes para que sea protegida por todos.
Mil besos Emilse por tu contribución.
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