Gastronomía
El Toro celebra la feria de su oro negro, la trufa
Desde hace 35 años este pequeño municipio castellonense de 250 habitantes cultiva artesanalmente el diamante culinario que en su mayoría exporta a Francia

El pintoresco municipio castellonense de El Toro, en la comarca del Alto Palancia guarda un verdadero tesoro bajo sus pies, a pocos centímetros debajo de sus tierras como es la trufa negra, también llamada el diamante gastronómico.
Estos días, El Toro celebra su XXII edición de la Feria de la Trufa Negra que se celebra del jueves 27 al domingo 30 de noviembre.
Durante estos cuatro días la histórica villa de El Toro se transforma para rendir homenaje al producto más valioso que da sus fértiles tierras y uno de los tesoros más cotizados de la gastronomía internacional.
La Feria arrancó el jueves con una charla y un taller dedicado al cotizado hongo y continuó el viernes con una jornada dedicada de forma expresa a la investigación y la vanguardia en el cultivo de la trufa. Pero ha sido este sábado 29 y el domingo 30 cuando la feria se ha abierto al público que de forma multitudinaria se moviliza para conocer las excelencias de la trufa local y para disfrutar de un pueblo de unos 250 habitantes que mantiene su historia y su personalidad mientras lucha por recuperar población y no caer en el triste pozo de la España vaciada, según empeño, entre otros, de su abnegado y joven alcalde, Jose Arenes. Y lo van consiguiendo gracias entre otros esfuerzos a iniciativas como incentivos, esfuerzo y la Feria de la Trufa, que moviliza a toda la localidad y a miles de personas que acuden tanto desde muy lejos como de las comarcas cercanas.
La Feria, convertida en fiesta popular es también un mercado y un hervidero de gente que se llena de vida con truficultores locales, degustaciones, actividades y oportunidades de compra de trufa negra y productos artesanales de la zona. Cada puesto refleja la unión entre tradición y modernidad, y ofrece una experiencia única tanto para visitantes como para profesionales que aprovechan el fin de semana para conocer la excelencia de la trufa y descubrir las bondades del pueblo.
Orígenes de El Toro
De origen íbero con asentamientos hallados en su término de una antigüedad de 250 años A.C., en El Toro dejaron su huella, romanos, árabes y cristianos desde que el rey Jaime I otorgara privilegios, tanto a la población cristiana como a la musulmana. En su término municipal nace el río Palancia y se divisa la impresionante Sierra de Javalambre.
El castillo, que preside en altura la villa, es buena prueba del pasado glorioso e importante de la localidad. En la actualidad, tanto el castillo como la muralla que lo rodea y la torre del homenaje están en avanzado proceso de restauración para poder hacer un uso cultural de su preciada fortaleza.
La trufa es un hongo subterráneo, de color negro con minúsculas vetas blancas de diferentes tamaños y de un sabor ligeramente dulce, suave y prolongado. Se desarrolla debajo de las carrascas y encinas y se descubre a través del olfato de perros adiestrados,
España se ha convertido en el primer productor mundial de trufa negra con más de 100 toneladas, lo que supone el 60% del total mundial y existe constancia del uso de la 'tuber melanosporum' por primera vez en la cocina de al-Ándalus del siglo XIII. El Toro es una potencia en este tubérculo tan apreciado en las cocina gourmet.
En la actualidad y desde hace 35 años la trufa de El Toro se cultiva artesanalmente. Las semillas y esporas de la trufa germinan en macetas antes de plantarlas en la tierra debajo de las carrascas. Es el alcalde quien nos cuenta cómo en los setenta comenzaron a llegar al pueblo grupos de catalanes y franceses buscando y comprando trufa, un hongo que carecía de interés excepto para los jabalíes.
El destino era sobre todo Francia y sus grandes chefs. Y hoy sigue siéndolo porque casi toda la producción del diamante negro de la cocina de El Toro tiene como destino las mesas gourmet del país vecino.