Sedaví

«El instituto está destrozado, las clases inundadas y los muros del patio en el suelo»

Los estudiantes de Sedaví no saben cuándo volverán a las clases con normalidad

ALFAFAR (VALENCIA), 02/11/2024.- Varios voluntarios se toman un pequeño descanso mientras trabajan en la limpieza de las calles de Alfafar, este sábado. EFE/ Kai Försterling
Situación de las inundaciones en AlfafarKai FörsterlingAgencia EFE

Para Aitor, Sergio y Miguel, lo ocurrido en el municipio valenciano de Sedaví marcará toda su vida y su personalidad. Estos jóvenes de apenas 16 y 17 años trabajan sin descanso durante cuatro días para limpiar las calles de lodo, fango y restos materiales, y atienden a los medios con una sonrisa. «Toca arrimar el hombro. Estamos ayudándonos entre todos los vecinos del pueblo». Ellos viven en Sedaví, una de las localidades más afectadas por las fuertes lluvias que ha dejado la DANA a su paso por la provincia de Valencia, y tienen claro que aunque haya habido pérdidas como coches, muebles y demás objetos, no tienen importancia. «Son cosas materiales, lo importante es que estamos todos bien».

Relatan cómo el desbordamiento del barranco del Poyo y la posterior riada que ha anegado toda la localidad les pilló a algunos en casa, y a otros fuera de su vivienda, pero llegó a tiempo antes de que hubiese consecuencias mayores.

Y ahora, hasta arriba de fango, la pregunta es: ¿cuándo volverán a clase? Ellos aseguran que lo único que les habían dicho es que mañana lunes se retomarían las clases, pero tienen claro que eso no va a ocurrir. «No creo que vayamos, todavía queda mucho por hacer aquí».

Además, insisten en que es poco probable que las instalaciones de su centro educativo estén adecuadas en tan poco tiempo, sobre todo porque no se ha actuado en dicho edificio, ya que las labores de desescombro y limpieza se han centrado en las calles y viviendas. «El instituto está destrozado. Las instalaciones están hechas polvo, las clases inundadas, todos los papeles y documentos por el suelo, y los muros del patio están por el suelo. De hecho, ya no existe el patio». Una situación dantesca que se suma a las miles de historias trágicas que se recogen estos días en las calles de Sedaví.