Crisis política

Mazón da continuidad a la legislatura con la tercera remodelación del Consell

La anunciada salida de Gan Pampols obliga a conformar el cuarto equipo de Gobierno

El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón (d), durante una reunión con el vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación Económica y Social de la Comunitat Valenciana, Francisco José Gan Pampols (i), en el Palau de la Generalitat, a 25 de noviembre de 2024, en Valencia, Comunidad Valenciana (España). El teniente general del Ejército de Tierra, Francisco José Gan Pampols, asumió la Vicepresidencia del Gobierno valenciano para la Recuperación Económica y Social tras la ...
Carlos Mazón se reúne con el vicepresidente segundo y conseller para la Recuperación Económica y Social de la Comunitat Valenciana, Francisco José Gan PampolsJorge GilEuropa Press

En su libreta azul. Ahí tiene apuntado el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, el organigrama del nuevo Consell. De momento, ha decidido desvelar el día que anunciará su remodelación. Será el 5 de noviembre, justo un día después de que el vicepresidente segundo para la Recuperación Económica y Social deje su cargo. Se trata de una renuncia esperada y anunciada, pues Francisco José Gan Pampols, aterrizó en el Gobierno valenciano con una misión: dejar puestos en marcha los planes necesarios para que la provincia de Valencia saliese de la devastadora situación en la que quedó tras la dana. Como experto en operaciones especiales, Gan Pampols ha comenzado a planear su retirada.

Su salida, por tanto, obliga a Mazón a efectuar una nueva remodelación del Consell. Será el cuarto equipo que conforme en dos años y medio. Las circunstancias le han empujado a poner en marcha todos estos cambios. Primero fue la salida de Vox de todos los gobiernos autonómicos, después la dana.

Tras la riada sustituyó a las conselleras que habían quedado marcadas por su gestión. La destitución obligada era la de la consellera de Justicia y Emergencias, Salomé Pradas, y se sumó la de Industria, Innovación y Turismo, Nuria Montes. La primera fue sustituida por Nuria Martínez y se creó una nueva Conselleria con competencias en Emergencias que asumió Juan Carlos Valderrama. A la segunda la relevó Marián Cano.

Fue en este nuevo equipo cuando entró Gan Pampols en acción asumiendo una vicepresidencia segunda con el propósito, tal y como recordó ayer el propio presidente, de que la encabezara una persona que no fuese «de partido» y al que pidió que «no entrara en el ruido político para que la recuperación estuviera salvaguardada de la guerra política».

Mazón remarcó que su elección fue totalmente opuesta a la del Gobierno central, quien ha optado por perfiles puramente políticos. El Consejo de Ministros nombró al ex comisionado José María Ángel y a su sustituta, Zulima Pérez, dos personas fuertemente vinculadas al PSPV.

Y aunque Gan Pampols ha tratado de mantenerse al margen de la batalla política, y aun siendo pública la relación personal que mantenía antes de llegar al cargo con Ángel, el todavía vicepresidente no ha sido capaz de lograr que el Gobierno constituya una comisión mixta como hizo, por poner un ejemplo, cuando se produjo el desastre en La Palma.

Mazón tuvo palabras de agradecimiento a Gan Pampols y también para el general de brigada Venancio Aguado, por su trabajo y dedicación. «Crearon una Conselleria jamás vista en el estado autonómico por su transversalidad y capacidad de coordinación y mando».

Hasta el próximo 5 de noviembre las crónicas políticas se llenarán de especulaciones sobre el nuevo Consell. Mazón pidió ayer paciencia y dijo que anunciará el rango que concede a la Oficina de la Recuperación el día 5. No se refirió, por tanto, a que tenga que ser obligatoriamente una vicepresidencia ahora que todas las Consellerias tienen su trabajo de la recuperación encomendado.

Lo que sí está claro es que a la legislatura de Mazón le queda hasta 2027, que el presidente está decidido a recuperar la normalidad y, como prueba, su intención de presentar presupuestos para este 2026 aunque ni siquiera Vox tenga ganas de negociarlos.