Agricultura

Las naranjas valencianas, al límite

Agricultura busca impulsar un Plan de Reconversión de Cítricos con nuevas variedades ante el envejecimiento de árboles, la polinización cruzada

Las naranjas valencianas, al límite
Las naranjas valencianas, al límiteDavid Soler CrespoLa Razón

El que se dedica al campo sabe que cada vez es más difícil sacarle rentabilidad a un producto valorado entre el consumidor pero cada vez más difícil de vivir de él: las naranjas y mandarinas.

A no ser que seas un empresario latifundista -el tamaño medio de una explotación agraria en la Comunitat Valenciana es de poco más de 6 hectáreas, con más de la mitad de los campos teniendo menos de 5 hectáreas- es difícil competir con unos precios bajos marcados por la importación extranjera y una merma en la producción causada por unos árboles cada vez más viejos y una polinización cruzada que provoca el "pinyol", es decir, que haya hueso en las mandarinas o naranjas y no sean comercialmente atractivas, aunque su sabor es el mismo.

La producción ha caído en lo que llevamos de siglo un 25%, de 3,6 millones de toneladas a 2,7 millones, y a ello se ha ido acompañando un dato demoledor: casi el 20% de la superficie se ha abandonado. La Comunitat Valenciana es la que más tierras abandona de todas las comunidades españolas, un dato que preocupa a la Conselleria como afirmó el titular, Miguel Barrachina, en unas jornadas para atraer a los jóvenes al sector primario.

Pero más allá del abandono, quienes siguen lo hacen con un modelo caduco y con cada vez mayores problemas. Los árboles son cada vez más mayores y con ello, baja su productividad. "Los árboles son como las personas, cuanto más viejos menos rinden", explica un agricultor de Turís a LA RAZÓN. Uno de cada tres árboles tiene más de 25 años, según denuncian organizaciones como La Unió Llauradora. "Un árbol puede vivir 50 años, pero a partir de los 30 años el rendimiento baja. Uno de 5 o 7 años es mucho mejor que uno de 30 años, porque la savia no es igual", asegura.

A ello se une un problema creciente: la aparición del "pinyol". "Esto ocurre con la polinización cruzada, que es cuando la abeja va de un árbol a otro, y hay variedades que no son compatibles", explica este mismo agricultor. Por ejemplo, la Clemenules, la variedad más cultivada entre las clementinas de la Comunitat, no es compatible con la Nadorcott o esta tampoco con la Ortanique, otro tipo. Cuando una y otra se cultivan en campos contiguos, se genera el "pinyol". "Se ha plantado sin conocimiento, tu campo es de una manera y yo planto al lado de otra manera sin caer que íbamos a fastidiarnos los dos", añade.

Las variedades de cítricos aprobadas en la Comunitat Valenciana
Las variedades de cítricos aprobadas en la Comunitat ValencianaLa Razón

AVA-Asaja y La Unió presentaron un documento consensuado con propuestas para acabar con el "pinyol". Pero la realidad es que es complicado: la única manera de hacerlo es o no plantar cultivos juntos que sean incompatibles, algo difícil de hacer, o tapar las plantaciones a modo invernadero, algo que el agricultor asegura que "vale un dineral".

A ello hay que añadir la cada vez mayor presencia de cítricos de otros países, especialmente de Marruecos o Sudáfrica, que producen algunas variedades como la llamada Valencia que pueden confundir al consumidor sobre su procedencia, además de actuar con productos fitosanitarios no permitidos a los agricultores europeos y tener un precio más bajo.

Por si fuera poco, además introducen potenciales enfermedades. AVA-Asaja denunció esta semana que los cítricos procedentes de Sudáfrica ya acumulan en lo que llevamos de año un total de 13 detecciones de la mancha negra (Phyllosticta citricarpa), una enfermedad declarada de cuarentena por las graves pérdidas que causaría su introducción en la citricultura europea después de que en el mes de agosto el país sudafricano sumara otros dos casos en sus envíos de mandarinas y naranjas.

Por ello su presidente, Cristobal Aguado, ha pedido que se suspenda temporalmente la importación para evitar que se introduzcan «plagas y enfermedades de cuarentena que amenazan con disparar aún más los costes de producción y reducir drásticamente la productividad del sector agrario europeo».

Un Plan de Reconversión

La Conselleria de Agricultura sabe de los crecimientos problemas y busca proteger un sector vital para el sector primario y la marca Comunitat Valenciana.

Por ello, esta semana el conseller Barrachina se reunió con las principales asociaciones agrarias y empresarios citrícolas en busca de redactar un Plan de Reconversión de Cítricos que dé "respuesta a una situación marcada por precios en origen insostenibles, competencia desleal de importaciones, el envejecimiento de las explotaciones y los titulares, y el problema del pinyol".

El conseller recordó que la Comunitat Valenciana cuenta con 36.310 explotaciones citrícolas y 148.488 hectáreas dedicadas a este cultivo, "lo que convierte al sector en un pilar esencial para la economía de nuestra región".

Desde La Unió consideran que solo este año supondría una inversión de 2 millones de euros, mientras que la Conselleria pudo comprometer tan solo 300.000 euros.

Una de las claves es que desde el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) pueda impulsar variedades resistentes al "pinyol" como la Tango, una variedad "irradiada" pero con "royalties" que acaban pagando los agricultores que pueden. "Si las saca el IVIA el royalty es una risa pero como no saca nada la sacan operadores privados y pone precio que quieren".

Desde el IVIA buscan descubrir nuevas variedades adaptadas a las condiciones actuales, pero como asegura el agricultor "no es fácil encontrar al nuevo Messi".