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Los socialistas valencianos declaran la guerra a los vapeadores

Dice que los efectos en los adolescentes son aun peores que en los adultos

Una mujer fuma un cigarrillo electrónico
Una joven fuma un cigarrillo electrónicola razonLA RAZON

El PSPV ha propuesto que los vapeadores o cigarrillos electrónicos, que durante algún tiempo se han presentado como alternativa «más sana» al tabaco, tengan la misma consideración que el tabaco tanto en sus usos como en su venta, promoción y publicidad. También, piden aplicar una fiscalidad acorde a su peligrosidad.

Consideran que el uso de los vapeadores y cigarrillos electrónicos se ha expandido muy rápidamente en los últimos años, gracias a la creencia errónea de que podrían ser una alternativa eficaz para dejar de fumar o de que lo que se generaba era inocuo al ser vapor de agua.

«Esto sin embargo se ha demostrado que no es cierto y aunque en España los cigarrillos electrónicos se empezaron a comercializar en 2016, ya se han empezado a detectar efectos adversos incluso a corto plazo».

Explican que en realidad lo que generan «son pequeñas partículas que pueden contener nicotina, saborizantes y toxinas que al inhalarse pueden quedar fácilmente atrapadas en los pulmones, habiéndose descrito ya numerosas intoxicaciones y efectos adversos, algunos de ellos severos».

Por ello, los socialistas piden realizar campañas de información general sobre los riesgos para la salud derivados de la utilización de los cigarrillos electrónicos o vapeadores, con especial atención a los jóvenes de entre 14 y 18 años así como más investigaciones para comprender los efectos a largo plazo de los cigarrillos electrónicos en la salud cardiovascular.

Alertan de que si dichos efectos en la salud de los adultos pueden ser preocupantes, mucho más graves lo son en los organismos de los adolescentes, entre los que se ha disparado la utilización de estos dispositivos. La nicotina y otros componentes químicos «les afectan de forma diferente que a los adultos, ya que sus cerebros son más sensibles a estas sustancias. Afecta a su capacidad de aprendizaje y les hace más propensos a otras adicciones», concluyen.