Historia
Así es el nuevo Parque Gulliver de Valencia
La inauguración se celebró durante el día de ayer con múltiples actividades para los más pequeños
Tras dos años de profundo sueño, el parque Gulliver reabrió sus puertas a los liliputienses valencianos la semana pasada. Este domingo se inaugura oficialmente con una “Fiesta de la infancia” que contará con diversas actividades programadas para los niños y niñas que lo visiten desde las 10.00 horas hasta las 17.30 horas.
Tras su reapertura el pasado viernes 28 de octubre, con el aforo limitado a 500 personas, el parque recibió cerca de 20.000 visitantes en los primeros cinco días. Sergi Campillo, vicealcalde y concejal de Ecología Urbana, explicaba que por la “considerable altura” y para “priorizar la seguridad de los menores” se ha establecido esta limitación de aforo, que ha formado colas exteriores durante los momentos de mayor afluencia al parque.
Las actividades programadas a lo largo de la jornada son ocho talleres -lettering, juegos tradicionales, chapas, paleontología...-, un rally deportivo, sesiones de cuentacuentos y espectáculos de títeres y musicales para todos los públicos, repartidos entre un escenario y una gran pantalla led prevista para proyectar vídeos y fotos. Además, habrá una DiscoPeque. Esta “Fiesta de la infancia” se enmarca dentro de los actos conmemorativos de los 35 años del Jardín del Turia, y apenas una semana después de que València sea reconocida como Capital Verde Europea.
Las mejoras en el parque, que han supuesto al Ayuntamiento una inversión de más de un millón de euros, incluyen una nueva zona de entrada con mesas de picnic y accesibilidad completa, zonas de estancia en el interior del recinto y una valla perimetral que permite ver la figura desde el exterior. Además, se ha renovado la jardinería y la pintura de la figura, y se han remodelado partes de su interior para impedir las inundaciones que sufría periódicamente.
La historia del gigante
En 1990, el Ayuntamiento de València encargaba al arquitecto Rafael Rivera y al artista fallero Manolo Martín una figura de setenta metros de longitud y a la que se podía acceder mediante rampas, toboganes y escaleras dispersas por el cuerpo de un monumental Gulliver, el protagonista aventurero de Jonathan Swift.
El parque costó 220 millones de pesetas y se construyó como parte del convenio “Un riu de xiquets”, incentivado por el Ayuntamiento -del que era alcaldesa Clementina Ródenas- y la Conselleria de Industria, Comercio y Turismo.
La escala de la figura está pensada para que los niños que recorren el cuerpo de este Gulliver eternamente dormido y atado en el cauce del Turia, tengan el tamaño de los liliputienses que el escritor irlandés imaginó en 1726, unos seres de 15 cm de altura.
Este náufrago, que acabó en la playa del país de Liliput durante sus viajes, descansa encallado en el antiguo cauce del río Turia, dispuesto a contar sus hazañas a más y más generaciones de niños encandilados por el imponente cinturón verde, la espada lejana y los ojos cerrados.
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