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Industria

Casinos se rebela ante la planta de biogás que Llíria ha firmado en el límite de su término municipal

Reclaman al alcalde de la capital del Camp del Túria que cambien la ubicación

Ecologistas en Acción se opone a la instalación de una planta de Biogás en Mazarrón (Murcia) ECOLOGISTAS EN ACCIÓNEUROPAPRESS

Los vecinos de Casinos, un pueblo de cerca de 3.000 habitantes en la comarca valenciana del Camp del Túria, están en pie de guerra tras enterarse de la ubicación donde irá la nueva planta de producción de biometano en Llíria: a tan solo dos kilómetros de su municipio.

"Nos enteramos la semana pasada", asegura María José Murgui, vecina de Casinos que está impulsando una plataforma ciudadana para oponerse a esta planta industrial y ha lanzado una campaña de recogida de firmas en Change.org para evitar su construcción ante lo que consideran es una "amenaza directa para la salud de los residentes".

En conversación con LA RAZÓN, Murgui asegura que temen que su pueblo tenga malos olores derivados de la descomposición de restos, así como la preocupación por la posibles emisiones de gases y la temida contaminación de tierras y aguas en un pueblo agrícola como el suyo.

La planta industrial impulsada por The Green Vector y con el apoyo del Ayuntamiento de Llíria generará 90 Gwh de energía renovable y gestionará 162.800 toneladas anuales de residuos orgánicos, pero los vecinos no quieren que pase como en el municipio de Llutxent, donde una planta de biogás a menos de dos kilómetros de la localidad ha llenado el pueblo de malos olores y ha generado manifestaciones continuas desde su apertura. "En Llutxent nos han dicho que no pueden ni abrir las ventanas y nosotros nos lo vamos a comer entero", se queja Murgui.

A los vecinos de Casinos les molesta que hayan decidido ubicar la planta de biogás en el límite del término municipal de Llíria, alejado de su casco urbano. "En vez de ponérsela cerca de su pueblo, la van a ubicar a dos kilómetros de Casinos y a un kilómetro de Domeño. Lo han sacado prácticamente fuera de su término municipal", alega. "Esta decisión política ha tenido en cuenta únicamente los intereses de un municipio a expensas del bienestar de otra comunidad vecina", añaden.

La impulsora asegura que todos los vecinos están en contra de la instalación ya que temen que esta industria aleja a la población de Casinos. "¿Quién va a venir a un pueblo que huele mal?", se pregunta. "Nadie quiere sentarse en una terraza de un pueblo de un bar que huele a muerto".

A eso se añade que la planta estará cerca de algunas tierras de cultivo, lo que para algunos pone en peligro el sustento de familias. "Somos un pueblo de sector primario total y de gente mayor que vive de la agricultura, la gente está preocupada".

Ya el año pasado Villar del Arzobispo evitó la construcción de una planta de biogás tras las movilizaciones ciudadanas, un objetivo que buscan ahora repetir en Casinos, aunque temen que llegan tarde ante la falta de información. "A nosotros nos han dicho que está firmado y van a empezar cuanto antes las obras", asegura Murgi.

Una de las principales quejas es la falta de información por parte del Ayuntamiento de Casinos, que este sábado celebró una Asamblea Extraordinaria para informar a la población de un tema que está en el runrún social. "Hasta ahora nos habían dicho desde el Ayuntamiento que no sabían nada, pero nos hemos dado cuenta de que se habló en un pleno el 3 de octubre del año pasado, pero ahí se quedó", asegura la vecina.

De hecho, en mayo de este año se hizo la presentación del proyecto fue hecha el pasado 30 de mayo en Llíria por The Green Vector, impulsada por Enagás Renovable y Genia Bioenergy. Esta última empresa valenciana tiene previsto invertir 90 millones de euros en cuatro plantas de biogás en la Comunitat Valenciana, entre ellas esta que recibe quejas.

Las protestas ante la instalación de plantas industriales como esta son recurrentes en municipios españoles. En Mazarrón (Murcia), Azlor (Aragón), Castropodame (Castilla y León) y Tres Cantos y Colmenar Viejo (Madrid) se han movilizado contra la construcción de lo que consideran "estercoleros" que puede tener efectos en la salud, el medio ambiente y la calidad de vida.

"Renovables sí, pero así no", asegura la impulsora de la plataforma, que pide a The Green Vector y a las administraciones públicas que reconsideren la ubicación de la planta para no dañar a Casinos y busquen un lugar más alejado de núcleos de población. "Necesitamos planificaciones urbanas y empresariales éticas que incluyan la consulta y el consentimiento de las comunidades involucradas y afectadas", reza el comunicado en Change.org.

Y la vecina avisa: "El pueblo entero está negado, no se va a permitir que se ponga en marcha la planta".