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Cultura

Muere Rosa Morena, la legionaria del flamenco pop

La cantante, cuya versión de “Échale guindas al pavo” tuvo un éxito arrollador, ha fallecido en el Hospital Universitario de Badajoz

Rosa Morena había publicado más de una treintena de discos y participado en dos películas
Rosa Morena había publicado más de una treintena de discos y participado en dos películaslarazon

El mito rubio del flamenco pop pasó de Manuela Otilia Pulgarín González a Rosa Moreno en un pis pás. En realidad tardó treinta años en teñirse completamente de rubio. Pasó de morena intensa a pitirroja hasta llegar como la Marilyn platino a cantar para los legionarios en el Aaiún, Sahara, durante la Marcha Verde, en 1975. Allí, entre piropos de las tropas españolas, excitando con sus contoneos, golpes de melena y un sexapil desatado, cantó «Échale guindas al pavo», su mayor éxito desde que volvió de hacer las Américas.

Rosa Morena fue un fenómeno erótico que modernizó la copla aflamencada, entonces en manos de los rumberos como Peret, con el flamenco pop, precedente del Gipsy Rock de Las Grecas y del erotismo vaginal de María Jiménez. Además de añadirle al flamenco guitarras eléctricas y aires morunos, Rosa Morena lo preñó de intención sexual. Su rotunda figura se movía con descaro al ritmo de coplas que ella había transformado en himnos eróticos, en una época, a finales de los años 60, en la que hasta la palabra sexo era tabú tabú.

En sus comienzos, pasó muchos años actuando en las mejores salas de fiestas de ambas Américas. Desde 1963 actuó en cabarets latinos de Nuevo York, junto a estrellas como Celia Cruz y Olga Guillot, pasando por el Radio City Music Hall junto a Frank Sinatra, Judy Garland y Dean Martin y en galas junto a Ella Fitzgerald. Su amistad con el Rat Pak fue tan intensa que hizo un «cameo» en «Cuatro gángsteres de Chicago» (1964). Y hasta actuó en el show de Ed Sullivan. Cuando regresó a España, a mediados de los años 60, Rosa Morena se tiñó de pelirroja y se hizo chica yeyé, en la onda de Los Brincos y Karina. Su versión pop de «Échale guindas al pavo», éxito de Imperio Argentina en los años 30 y de Lola Flores en los 50, fue remozada con el ritmo de Los Bravos y Los Canarios. Lo mismo que «La Lirio», y a ritmo de jazz «La hija de don Juan Alba».

Rosa Morena fue la pionera del Flamenco Pop, años antes de que irrumpieran Las Grecas con el Gipsy Rock. Con su forma de actuar desinhibida, su sensualidad desatada y sin filtros y sus desnudos a porta gayola se convirtió en un mito erótico del destape nacional en los años 70. Todo en Rosa Morena era tan rotundo y directo que llegó antes que ninguna al desnudo integral en revistas eróticas como Interviú, Papillón y Clima. Del mismo grueso calibre fueron sus declaraciones en las entrevistas. En una de ellas dijo: «Tengo una mariconería dentro de mi que me rebosa como la leche al hervir». A nadie debe extrañar que fuera la primera artista invitada a participar en la fiesta del colectivo homosexual, coronándola en 1977 como «Reina de los gays». También dijo: «Las demás folklóricas son unas abuelas comparadas conmigo». Y, con sólo verla desnuda, el aserto se hacía carne viva de Rosa Morena.