Lo que atrae a Gabi Martínez de la literatura es su capacidad de transmitir los sufrimientos y goces de una aventura real a través de tan solo palabras. Esa magia de la que la ficción es experta a la hora de hacer al lector protagonista, permitiendo que sus carnes se sinteticen con las del autor. El escritor barcelonés es considerado uno de los mayores representantes españoles de la literatura de viajes y también ha publicado novelas y títulos de no ficción basados en investigaciones reales.

Así, acaba de lanzar «Un cambio de verdad» (Seix Barral), obra para la que se instala como aprendiz de pastor en la Siberia extremeña y donde, sobreviviendo sin calefacción ni agua corriente, cuida a más de 400 ovejas. La vida real «te puede dar la mejor novela», asegura. Y, aunque duda a la hora de elegir uno –habría escogido también «El banquete anual de la cofradía de sepultureros», de Mathias Enard–, finalmente se decanta y recomienda su libro preferido «de todos los tiempos».

–¿Y cuál es?

–Siempre prevalecerá como mi favorito «Los sietes pilares de la sabiduría», de Thomas Lawrence o Lawrence de Arabia. Para mí es el libro total. Sintetiza la vivencia personal de un individuo tan intensa y tan bien plasmada que puede leerse como una novela. Por un lado más práctico, aborda asuntos que tienen que ver con la sociología, la antropología o la geografía. Luego, es una obra con una potencia poética y vivencial enorme. Permite entrar en el corazón de una persona que va a traicionar a la gente que está ayudando. Transmite cómo esa persona siente las presiones, por un lado, del Gobierno, que le obliga a actuar así, y, por otro, el cariño de la gente con la que combate. Hay una contradicción existencial que está brillantísimamente plasmada, con una postura filosófica de fondo que, de hecho, el propio Lawrence la refrendaría a lo largo de su vida: después de haber combatido con el ejército británico y llegado a lo más alto de la jerarquía militar, decidió rehacer su vida y quería que le devolvieran la categoría de soldado raso. Como no podía ser, se retiró.

–De esos aspectos, ¿cuál destacaría como escritor?

–Que la vida real te puede dar la mejor novela. Hay vidas que se pueden leer como una ficción, porque son personas que han decidido creer en sus ideas y llevarlas hasta las últimas consecuencias. Algo apreciable en el libro de Lawrence es cómo consigue penetrar en la cabeza de personas que no piensan como él. Es un espectáculo de biodiversidad, de interés por el otro y por aprender lenguas que no son las suyas Y que a mí, como escritor de libros de viajes, me ha hecho empatizar.

–¿Cuál ha sido su mayor trabajo de campo?

–El nivel de entrar en otra cultura de una forma tan intensa y radical fue con «Solo para gigantes», un libro que es resultado de una investigación que tuvo lugar entre Francia y Pakistán. Sin pretenderlo, pero queriendo saber cómo había sido la historia, llegué a Pakistán arriesgando literalmente mi vida.

–¿A quién le regalaría la obra de Lawrence?

–Es un libro tan completo que se lo regalaría a todo el mundo. Pero, especialmente, a los votantes de Vox.

–¿Por qué?

–Porque lo que hace Lawrence es enseñar a liderar respetando a los rivales.

–¿Y eso no lo hace Vox?

–No.