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Ritual japonés

¿Qué es hacerse el harakiri?

Se cumplen 50 años del suicidio de Yukio Mishima, celebridad cultural japonesa que siguió una tradición samurai para terminar con su vida a modo de protesta

Yukio Mishima, poco antes de hacerse el harakiri
Yukio Mishima, poco antes de hacerse el harakiriJIJI PRESSEFE

Hace 50 años, el novelista, poeta y crítico japonés Yukio Mishima practicó el mismo ritual que en 1963 sobrecogió al público del Festival de Cannes a través de la película “Harakiri” (1962). El genio de la literatura nipona se quitó la vida el 25 de noviembre de 1970 a través del ritual “harakiri”, con tan solo 45 años y una impecable carrera artística.

“Quiero hacer de mi vida un poema”, decía siempre el autor, quien, a través de su obra e ideas, ponía continuamente en jaque a la política y las figuras más célebres de su país. A través de una performance preparada, se abrió el vientre en la terraza del cuartel tokiota de las Fuerzas de la Autodefensa.

Frente a soldados y medios de comunicación, trasladó un discurso en el que exaltaba al Emperador Hirohito, entre otras ideas. Al encontrar tan solo burlas y rechazo, decidió cometer un suicidio ritual que ya había avisado dos años antes, dejando en shock tanto a los presentes como a cada persona de su país natal.

Pero, ¿por qué esta manera de morir? ¿Por qué decidió suicidarse? ¿Por qué a través de una manera tan dolorosa, como es la de rajarse por debajo del ombligo, en lugar de otras muertes más rápidas?

El “seppuku” o “harakiri” es un ritual de suicidio japonés que se realiza por desentrañamiento. Es decir, se realiza generalmente delante de espectadores clavándose un arma corta en el abdomen.

Se trata de una práctica que forma parte del código de los samurái. El acto podía ser voluntario, de manera que los guerreros evitaban caer en manos del enemigo o se expiaban de un fallo al código de honor, u obligatorio. En esta ocasión, era un señor feudal quien sentenciaba la muerte de un samurái por cometer un delito de asesinato, robo o corrupción, entre otros asuntos.

En el caso de Mishima, fue una decisión voluntaria tras haber fracasado en su intento de inspirar a la población hacia un golpe de Estado. Supuso una tragedia para Japón, pues se trataba de la mayor celebridad del país, aunque él mismo lo había avisado a través de sus novelas, obras de teatro o películas.

El ritual completo, según la tradición, consiste en clavarse el arma por el lado izquierdo con el filo hacia la derecha, cortar hacia dicho sentido y volver al centro, para terminar con un corte vertical hasta casi el esternón. No obstante, esto resultaba bastante doloroso y desagradable para los testigos. Por ello, se podía contar hasta con “un ayudante de suicidio”.