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Crítica de “Wildland”: sangriento lazo familiar ★★★☆☆

Un fotograma de la cinta "Wildland"
Un fotograma de la cinta "Wildland"ImdbImdb

Directora: Jeanette Nordahl. Guión: Ingeborg Topsøe. Intérpretes: Sandra Guldberg Kampp, Sidse Babett Knudsen, J. Fjelstrup, E. Crosset Hove. Dinamarca, 2020. Duración: 88 minutos. Drama.

Casi nunca nada ni nadie es lo que parece. Por ejemplo, llega un día en el que una mosquita muerta decide quitarse la máscara y caes en la cuenta de que te ha estado engañando durante los últimos, no sé, la tela de años. Toda la vida, al cabo. Y, nada, a joderse. Pero también puede suceder al contrario, que te topes con una familia formada por una todavía atractiva madre y sus tres hijos ya mayores que parece del montón y en realidad se trate de una tribu formada por criminales. Aunque sean daneses y todo lo que proceda de ese país suela parecernos frío, pero super educado y eso. Lo sabrá también muy pronto Ida, que con 17 años pierde trágicamente a la suya y es acogida por su tía Bodil (una estupenda y vehemente Sidse Babett Knudsen).

Bodil está al frente, pues, de un clan violento y mafioso, en el que los jóvenes no se amilanan si deben intimidar a un tipo para que pague lo que no les debe ni, cuando accidentalmente, matan a alguien casi delante de una niña, la de la víctima. Por enmedio, vegetan en casa, hacen deporte, juegan a la videoconsola, se drogan, beben cerveza, comen pizza y dejan preñadas a unas inestables parejas. La opera prima de Jeanette Nordahl es un asfixiante noir escandinavo que produce escalofríos al ver cómo la en teoría impasible protagonista va entendiendo las peligrosas reglas del juego y, ansiosa por pertenecer a alguien o algo, decide llegar hasta las últimas consecuencias. No en vano el filme se abre con una frase que toma todo su sentido hacia el final del metraje: «Algunas cosas salen mal incluso antes de empezar».

Hay un momento en el que los espectadores pueden recordar otro director nacido en aquel país, Lars von Trier, y la obra «Rompiendo las olas» ante la asumida condición de mártir por parte de Ida, aunque en su caso no se trate de un sacrificio extremo por amor, simplemente, del miedo de estar sola. Pero hay ocasiones en que la historia, por mucho empeño que se quiera, ya estaba escrita, y la tragedia sigue su cauce, y los bebés continúan naciendo y protagonizando relaciones paterno-filiales, como estas del filme, dañadas de manera profunda en sus propias entrañas. A Bodil quizá únicamente le quede seguir fumando y dando cuenta de un licor fuerte y amargo mientras piensa que probablemente ella es la que más se ha equivocado en esta cinta en la que todos sus protagonistas, menos la impasible Ida, rezuman caos, inseguridad y rabia.

Lo mejor

La excelente interpretación de Sidse Babett Knudsen como una madre coraje de moral escasa

Lo peor

Si hubiera profundizado más en los personajes y sus razones el filme habría ganado, y mucho