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Muere Robert Gentile, la última persona que sabía quién cometió el robo más caro de la historia

El presunto mafioso fallece a los 85 años. Según el FBI estaba al corriente de quién estaba detrás del robo del Museo Isabella Stewart Gardner de Boston, del que se sustrajeron pinturas y objetos por un valor de 500 millones de dólares, entre ellas tres Rembrandt, un Vermeer y un Manet que no han vuelto a reaparecer
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La Razón

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Más de tres décadas después, este robo continúa sin resolverse. Es uno de los más famosos de la historia del arte y el que ha dejado el botín más sustancioso. Sucedió en la madrugada del 19 de marzo de 1990, durante las celebraciones por el Día de San Patricio en el Museo Isabella Stewart Gardner. Todo parecía transcurrir de la manera habitual. Los vigilantes nocturnos hacían sus rondas, cuando una pareja de policías llamaron a la puerta de la pinacoteca. Se identificaron, dijeron que habían recibido una alerta y, antes de que nadie se diera cuenta, estos dos individuos redujeron a los guardias de seguridad. Eran dos ladrones disfrazados y se disponían a cometer el robo perfecto.
Las cámaras de seguridad dejaron registro de que los dos asaltantes recorrieron las salas del museo sin prisas. Se detuvieron delante de las obras que les interesaban (uno de los misterios es por qué no se llevaron otros óleos de igual o más valor que aquellas que sustrajeron, lo que a muchos les ha llevado a pensar que obraban por un encargo), desmontaron las piezas de los muros (el hueco todavía se puede ver hoy en las paredes) y, con tranquilidad, sin prisa, conscientes de que no corrían ningún peligro, las cargaron en un furgón y se marcharon. Con ellos desaparecían también trece piezas del museo, entre ellas “El concierto”, de Vermeer; tres Rembrandt, uno de enorme valor, “Tempestad en el mar de Galilea”; “Caballero en el café Tortoni”, de Manet, cuyo marco dejaron, no sin cierta guasa, en la silla del director de seguridad, y cinco dibujos de Degas. Después, cargaron las obras de arte en dos furgonetas y huyeron. El botín superaba los 500 millones de dólares.
Nadie sabe quién pensó el robo ni quién estaba detrás ni cuál era su objetivo. Se llegó a ofrecer una recompensa que superaba los 10 millones de dólares, pero nadie dijo nada. Ni los informantes a pie de calle estaban al corriente de este delito. El único hombre que parecía estar al tanto era Robert Gentile, un presunto mafioso que, ahora, ha muerto a los 85 años. Durante años, el FBI ha creído que Gentile, conocido por la mayoría como “El cocinero”, ocultaba información relevante sobre el mayor atraco de arte del mundo y quién lo perpetró. Pero con él se llevado el secreto.
La identidad de los ladrones fue descubierta por el FBI. Ambos habían muerto cuando dieron con sus nombres. El problema es que las obras no aparecen. Los agentes federales creen que éstas no han salido de las fronteras americanas. Según Arthur Brand, el detective de arte más famoso del mundo,  las pinturas se encuentran en manos del IRA, pero casi todo indica que fue un montaje de las mafias norteamericanas. De hecho, la mujer de uno aseguró que una de las pinturas habían pasado por las manos de su marido. Según ArtNews, que adelantaba la muerte de este presunto mafioso, “en 2013, el FBI emitió una declaración en la que afirmaba que creía que algunas de las obras de arte se llevaron de Connecticut a Filadelfia y luego se ofrecieron a la venta. Gentile estuvo implicado en el supuesto plan”.