Madrid en Danza: ¡No solo baile!
El festival entra en su tramo final acogiendo en la capital los trabajos de algunos grandes directores artísticos, coreógrafos y bailarines de la escena internacional
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“Hacerlo más abierto, variado y ecléctico; capaz de incluir todas las formas de expresión del movimiento en todos sus géneros, para que toda la ciudadanía encuentre en él algo de su gusto”: ese es el propósito que se marcó Blanca Li cuando asumió hace dos años la dirección de un festival, ya histórico en la capital, que atraviesa ahora su 37ª edición. Esa apuesta por la variedad, patente también en la fusión de disciplinas, estilos y lenguajes que caracterizan algunas propuestas, va unida al deseo de la coreógrafa de “internacionalizar” el evento, algo que se concreta muy bien en la oferta para estos próximos días en su sede principal: los Teatros del Canal.
Una de las visitas más esperadas era la de compañía estadounidense Pilobulus, que ya está celebrando en la Sala Roja sus 50 años de existencia –hasta el domingo 29- con un espectáculo titulado Big five-OH! que reúne cinco de sus piezas más célebres. Matt Kent y Renée Jaworski, actuales codirectores artísticos de una formación que ha tenido el privilegio de mostrar algunos de sus proyectos en los Juegos Olímpicos, las galas de los Oscar o en anuncios para televisión, aseguran que no han dejado de evolucionar durante todo este tiempo, nutriéndose para ello “de otros colaboradores externos, otros coreógrafos, músicos, artistas visuales, bandas de rock, escritores e incluso magos”.
Y no están dispuestos a detenerse aquí: “Hemos estado en muchos países de todos los continentes poblados, y hemos actuado para millones de personas; pero aún no hemos estado en el espacio; creemos que seremos la primera compañía de danza en actuar en Marte o en otro mundo”. “La curiosidad, la apertura y el sentido del juego” son para ellos la base de toda su trayectoria. Big five-OH! aúna danza contemporánea y danza acrobática llevando al límite las capacidades físicas del cuerpo. “Cada pieza es en sí misma un mundo –afirman-, y cada mundo tiene diferente física, gravedad, historias y personajes. Digamos que nuestros espectáculos son ventanas a otra dimensión en la que se desarrolla una especie de drama”.
La próxima semana también llegará al Canal, en este caso a la Sala Verde, el multidisciplinar coreógrafo noruego Jo Strømgren, que presentará un programa de cuatro piezas sobre distintos aspectos de la vida contemporánea que ha titulado Made in Oslo (a quadruple bill). Strømgren, que también es dramaturgo y cineasta, reconoce que el nombre del espectáculo “puede parecer un poco tonto”, pero cree que “es interesante tener en cuenta el contexto cultural y geográfico de las cosas, porque eso puede añadir a las obras un nuevo significado”. “En este caso –asegura-, todas las piezas están hechas en Oslo por artistas de Oslo que, en épocas muy diferentes, se han visto influidos por el ambiente de esta capital. En realidad, abordamos temas que son universales, pero puede ser que el punto de vista noruego sea distinto. Si nos aplauden en Madrid como nos han aplaudido en Noruega, significará que no somos muy diferentes, y eso estaría muy bien”. Mezcla de danza y teatro, sus espectáculos se caracterizan por un particular sentido del humor y una preocupación política.
A pesar de su experiencia en todo tipo de espacios y géneros, con giras que se extienden por cerca de 60 países, Strømgren no solo no esconde su inseguridad cuando tiene que mostrar sus trabajos a un nuevo público, sino que la usa artísticamente en su propio beneficio: “Tener demasiada confianza es aburrido –dice–, para nosotros mismos y tal vez también para el público; creo que ofrecer algo con inseguridad y con ciertas dudas da una calidad especial al trabajo, una conexión a nivel personal”. “Tal vez en eso consista el duende noruego”, añade.
Por otro lado, el día 2 de junio, llegará Crystal Pite con su compañía Kidd Pivot, fundada en 2002. La reputada corógrafa y bailarina canadiense ha contado en Revisor con el escritor Jonathon Young para adaptar esta comedia de Nikolái Gógol que en nuestro país se conoce con el título de El inspector. Fusionando los elementos clásicos de la danza con la improvisación, Pite aborda esta memorable sátira sobre la corrupción política que, según ella, no ha dejado nunca de tener vigencia: “No ha existido una sola época de la historia en la que no haya habido casos de corrupción y de abuso de poder –apunta–. Nos preguntamos por qué, y cómo se pueden cambiar estos sistemas corruptos. Siempre intentamos, en nuestros espectáculos, hacernos preguntas eternas y universales sobre la condición humana”.
Ocho bailarines protagonizan esta historia que parte de un equívoco, por parte de las autoridades públicas de una ciudad de provincias, a la hora de identificar al inspector general cuya visita están esperando. Utilizando el texto en off –grabado por grandes actores canadienses–, la compañía trabaja el movimiento a partir de él, según la directora, “para ahondar en la historia y los personajes”. “Nos fascina cómo nos acompaña el aspecto físico cuando entramos en un territorio más abstracto que carece de palabras –afirma Pite–. En esta obra, ese territorio abstracto constituye también un lugar de intuición y revelación. El texto es importante para nosotros porque es una fuerza animadora del cuerpo; nos ayuda a generar un contenido más amplio, más complejo”. Texto y movimiento se enriquecen, además, en este trabajo de Kidd Pivot, con la música y con un preciosista diseño visual.
El coreógrafo burkinés-belga Serge Aime Coulibaly, el británico de ascendencia bangladesí Akram Khan y el noruego Alan Lucien Øyen, con su compañía Winter Guests serán los últimos en llegar al Canal, ya dentro de dos semanas, para completar el plantel internacional de un festival que aspira, según la Consejera de Cultura Marta Rivera de la Cruz, a “situarse entre los principales encuentros coreográficos de Europa, como lo son la Bienal de Danza de Lyon, el Festival de Danza de Cannes o el Tanzmesse de Düseldorf”.
- Dónde: Teatros del Canal, Madrid. Cuándo: hasta el 4 de junio. Cuánto: desde 9 euros.