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Polémica

Houellebecq predice: la izquierda desaparecerá en 2027 de Francia

El jueves 16 publica en España «Aniquilación», un thriller político que vuelve a cuestionar pilares de nuestro tiempo

El escritor francés Michel Houellebecq ANDREU DALMAUEFE

Después de haberse convertido en uno de los grandes lanzamientos literarios del año en Francia, el próximo jueves 16 llega a nuestro país «Aniquilación» (Anagrama), la nueva y esperada novela de Michel Houellebecq, el escritor más leído y polémico de Francia que ya se ha convertido en una especie de visionario del mundo contemporáneo. Cada uno de los lanzamientos de un trabajo de Houellebecq se transforma de manera inmediata en un artefacto que genera distintos y encendidos debates transversales a múltiples asuntos que nos definen en estos instantes como sociedad. Y, por supuesto, sus detractores afilan de manera inmediata los cuchillos antes incluso de que llegue su nueva novela a las mesas de las librerías. Las feministas le acusan de misógino y la izquierda, de islamófobo y de racista. Pero la realidad es que sus libros toman el pulso, marcan el paso y también proyectan futuro.

Lo primero y más destacable de este nuevo título es que el oráculo de Houellebecq todavía sigue estando bastante bien engrasado. «Aniquilación» se sitúa en una época posterior a la nuestra, en 2027, después de un segundo mandato de Macron. Algo que ya hoy por hoy es cierto: Macron ganó hace un mes las elecciones (aunque hay que tener en cuenta que esta obra se publicó unos cuatro meses antes) y estará en el Elíseo hasta ese mismo 2027. ¡Primer Bingo!. El presidente francés no es nombrado en el libro de una forma que resulte explícita pero su figura es perfectamente reconocible a lo largo de las 734 páginas que forman parte de la octava novela del polémico autor galo, que reaparece en el panorama literario tres años después de «Serotonina», su anterior publicación, con un estilo rápido y eficaz pero con algunos altibajos, según coincide en señalara la crítica francesa, en esta mirada sociológica sobre el mundo actual.

Izquierda residual

Tomando la máquina del tiempo del autor, y situándonos en el escenario político de dentro de cinco años, la izquierda es algo residual prácticamente inexistente en este 2027, y la extrema derecha sigue fuerte. «Aniquilación» se centra en la figura de Paul Raison, un asesor político que tiene 49 años de edad que trabaja para la mayoría presidencial de Macron. Su faceta laboral contrasta con una profunda crisis existencial: está sumido en una larga crisis matrimonial y reconoce que su gusto consciente por una comodidad burguesa en el fondo le hace infeliz. Paul Raison es en concreto el asesor principal del ministro de Economía, Bruno Juge. Y aquí Houellebecq vuelve a jugar con la actualidad, puesto que sin nombrarlo se da por descontada la reencarnación en ese personaje del actual ministro de Economía francés, Bruno Le Maire. Pero no se acaban aquí las predicciones.

El autor describe un 2027 donde el terrorismo islamista ha perdido fuerza en favor de otros movimientos que lo han suplantado en el terreno de la violencia política y Marine Le Pen ha pasado el relevo a nuevas generaciones en su formación política. A las elecciones de 2027 también concurre Benjamin Safarti, una estrella televisiva de «talk shows» que viene a ser, sin nombrarle en la novela, la reencarnación de Cyril Hanouna, algo así como el equivalente de Jorge Javier Vázquez en Francia. Houellebecq arremete contra una interminable cadena de personajes de los mundillos políticos y periodísticos parisinos, algunos más reconocibles que otros.

«Aniquilación» juega mucho al despiste al entrelazar varias realidades y sobreponer varios planos en ese escenario de 2027. En ciertos tramos es un thriller geopolítico cargado de adrenalina con atentados y espionaje. Pero a la vez, es todo un melodrama familiar centrado en una cuestión fundamental: el tratamiento de la muerte en las sociedades occidentales a partir de un infarto cerebral que deja en coma al padre de Paul. La cuestión vital de cómo nos enfrentamos a la muerte tanto personal como socialmente.

España y la inmigración

España sale también reflejada en la novela a propósito de la cuestión de la inmigración, uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo. Y Hoellebecq describe un panorama donde pellizca a un nuevo gobierno socialista español que «da buena acogida a los inmigrantes» teniendo en cuenta que son francófonos y su objetivo es «cruzar los Pirineos lo antes posible».

Con el lanzamiento de su nueva novela. y aunque prometió en el pasado no dar más entrevistas, Michel Houellebecq, para sorpresa de muchos, salió de su silencio hace unas semanas cuando la novela fue publicada en Francia hace cinco meses intentando alejarse de esa imagen de provocador nihilista que en ocasiones ha proyectado. Lo hizo en una entrevista para el diario «Le Monde» donde afirmaba que «con buenos sentimientos es con lo que se hace buena literatura». Para algunos críticos literarios, «Aniquilación» quizás ponga de relieve la faceta menos habitual y cristiana de Houellebecq. Una creencia en el amor como una parte sustancial para la redención.

Aunque sus primeros libros de poemas pasaron bastante desapercibidos para la mayoría de los lectores, la publicación de las novelas de Houellebecq desde 1994 está siempre acompañada de polémicas y escándalos que, además, hacen una función apreciada: suponen el mejor márketing para sus ventas. Las religiones han ocupado siempre un puesto privilegiado en las provocaciones de Houellebecq y su figura de visionario tuvo precisamente su punto culminante en 2015 cuando lanzó su novela «Sumisión», en la que imaginaba la elección de un presidente musulmán para la República de Francia. Una historia que salió al mercado coincidiendo con los fatídicos atentados que se cometieron contra el semanario satírico «Charlie Hebdo» y el supermercado de comida kosher.

“Aniquilación”: Coletazos del «enfant terrible»

Houelleecq presenta una novela irregular, pero grande, que dibuja una Francia sin izquierdas y una extrema derecha en ascenso
Por Ángeles López
Esta novela es una prueba más de porqué Houellebecq es el escritor más leído de Francia, y uno de los más seguidos en Europa. En este caso, mezcla el thriller geopolítico con el melodrama familiar, los atentados y sus espías, sobre un lecho esotérico a las finas hierbas. Estamos en un futuro no muy lejano... en la campaña presidencial francesa de 2027. Macron no se presenta a la reelección por imposibilidad constitucional pero quiere colocar a un presidente de paja, un presentador de televisión ambicioso. Nuestro protagonista es Paul Raison, alto funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas. En esta narración de política-ficción houellebecquiana, la izquierda no subsiste y la extrema derecha continúa avanzando a pasos agigantados. En medio de este tapiz, el padre de Raison, ex DGSI, sufre un infarto que empujará al protagonista a reencontrarse con su catoliquísima hermana y su marido, notario en paro. Entonces... ¡se produce un ataque terrorista! Mientras la familia de Paul intenta sobrevivir, las agresiones se multiplican sin que nadie sepa quiénes son los perpetradores. Con su pesimismo medular y su sombrío humor, el francés sigue en forma como autor de «novelas de ciencia ficción» con una visión diestra sobre nuestra civilización sumida en una decadencia generalizada. La novela no es brillante desde el minuto cero pues la acción arranca de forma excesivamente lenta. Uno llega a dudar si está leyendo al legendario «enfant terrible» o a un suplantador. Pero cuando viene el primer conato de aburrimiento, el libro alcanza la velocidad supersónica y las interacciones entre los protagonistas se vuelven jugosas, alimentadas por magníficos secundarios. El libro termina convirtiéndose en genial, a pesar de sí mismo y de su propio autor. Todos los manierismos del creador de «Las partículas elementales» se encuentran convocados en estas páginas. Estilo vertiginoso y eficaz, con altibajos y deslavazado pero, siempre, sublime. Sentencias de cuñado amalgamadas con otras de una lucidez pasmosa que convergen en una mirada naturalista del siglo XXI, sin olvidar la ácida chanza hacia los progres y su hipocresía. Houellebecq en estado de gracia capaz de razonar que «toda vida, es más o menos un fin de vida».
▲ Lo mejor
Una magnífica planificación de la trama, sumada a una narración tradicional
▼ Lo peor
Unos tediosos episodios oníricos que, gracias al cielo, no desmoronan la arquitectura narrativa
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