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El robo del siglo
Tic tac, se agota el plazo para dar con las valiosísimas joyas robadas el pasado domingo en la Sala Apolo del Museo del Louvre, en París: una tiara y un broche de la emperatriz granadina Eugenia de Montijo; un collar y unos pendientes de esmeralda de la emperatriz María Luisa; una corona, un collar y un pendiente único del conjunto de zafiros que pertenecieron a las reinas María Amelia y Hortensia; así como una pieza conocida como «broche relicario». El montante de todas estas obras está aquilatado con miles de diamantes y otras piedras preciosas que la fiscalía ha tasado en 88 millones de euros. Podría pensarse que no es tan urgente ya echarle el guante a los ladrones, pero es que un hallazgo, claro, seguramente iría de la mano del otro. O quizá puede que no...
«Si no se atrapa a los ladrones en las próximas 24 o 48 horas las joyas probablemente desaparecerán», dijo ayer Chris Maranello, el director ejecutivo de Art Recovery International, en declaraciones a la BBC. El propio Maranello explicó al medio británico que las coronas y diademas se pueden desmontar «fácilmente» y vender en piezas pequeñas. Los ladrones, aventuró el CEO de la reputada empresa de recuperación de arte, «no van a mantener las joyas intactas, las van a descomponer, fundir el valioso metal, desincrustar las piedras preciosas y ocultar las evidencias de su crimen». «Sería difícil vender estas joyas intactas», sentenció Maranello para la BBC.
Por su parte, y al respecto, la ministra de Cultura de Francia, Rachida Dati, ha prometido «transparencia» para llegar al fondo de lo ocurrido, a la espera también de que avancen las pesquisas policiales y judiciales. Pero el tiempo se agota. Tic tac. La propia Dati anunció una investigación administrativa independiente que se desarrolla paralelamente a la investigación policial. Así, La fiscalía de París ha abierto una investigación por robo organizado, dirigida por la Brigada de Represión del Bandolerismo (BRB), que cuenta con hasta sesenta agentes al servicio de la causa, y la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC).
Mientras tanto, el Museo del Louvre volverá a abrir al público hoy por primera vez desde el gran robo que se produjo el pasado domingo por la mañana, pero la Galería de Apolo, de la que los ladrones se llevaron ocho joyas de la corona francesa, seguirá cerrada «un cierto tiempo», según la información suministrada por una portavoz del centro. El museo fue evacuado cuando se produjo el robo ese mismo día, poco después de las nueve y media de la mañana, y aunque el lunes todo estaba preparado para recibir visitantes, en el último momento sus responsables decidieron dar marcha atrás. Ayer fue el día de cierre semanal del centro y finalmente hoy se podrán ver de nuevo sus colecciones, aunque no, como decíamos, la Galería de Apolo, señaló la portavoz, que no precisó hasta cuándo se impedirá el acceso del público a esa parte del Louvre. Ojalá que la reapertura coincida con el cierre –exitoso– de este caso de película.
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