Así se convirtió Manfred von Richthofen, leyenda de la aviación, en el Barón Rojo

Manfred von Richthofen nació el 2 de mayo de 1892 en Breslavia, territorio que, en aquellos años, formaba parte de Alemania. Su familia tenía una larga tradición militar, por lo que Manfred se alistó en una academia militar a los 19 años.

En dicha academia sobresalió por su habilidad con la equitación y el tiro, pero su gran pasión era la aviación. Con tan solo 21 años, un año antes de que explotara la Primera Guerra Mundial, Manfred ya obtuvo su licencia como piloto y decidió unirse al Regimiento de Aviación Nr 69.

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Manfred von Richthofen no lo dudó y puso en práctica todos sus conocimientos como piloto. Para los alemanes llegó a ser un héroe, sin embargo, los enemigos le temían aunque también se mostraban impresionados por sus tácticas aéreas.

Al observar su buen manejo, valentía y puntería, en 1916 fue asignado al escuadrón de caza Jagdstaffel 2. Allí decidió pintar su avión de rojo, motivo por el cual es conocido como Barón Rojo. Las razones por las que hizo esto pueden ser varias. No obstante, se dice que lo pintó de rojo para que sus enemigos le distinguieran mejor y para que así tuvieran más temor y supieran quién les había derrotado en ese combate aéreo en particular.

Al fallecer su maestro y comandante del escuadrón de caza, Oswald Boelcke, el Barón Rojo tomó su relevo. En 58 misiones llegó a derribar 80 aviones, una proeza que hasta esa fecha no había conseguido nadie. Tal era su liderazgo, agudeza visual y puntería que al finalizar la campaña, su equipo había derribado 644 aviones y tan solo había sufrido 56 bajas. Este hito le sirvió para ganar la condecoración de la Cruz del Mérito.

Un año antes de morir, el 6 de julio de 1917, una bala perdida impactó en la cabeza del Barón Rojo. Aunque muchos creyeron que moriría, lo cierto es que el disparo solo ocasionó la pérdida parcial de vista. Por lo que siguió combatiendo y participando en diferentes persecuciones aéreas.

Sin embargo, el temible Barón Rojo murió el 21 de abril de 1918 mientras sobrevolaba Francia persiguiendo a un grupo de aviones británicos. Hay varias versiones sobre quién lo mató o en qué parte del cuerpo fue el disparo. Sin embargo, la versión oficial decía que había sido el piloto canadiense Arthur Roy Brown a través de un disparo certero en el pecho. Otras nuevas investigaciones apuntan a un soldado de infantería australiano llamado William John que habría disparado desde tierra ya que el Barón Rojo volaba a baja altitud.

Protagonizó tales hazañas que se ha convertido en un hito de la aviación, el cual se sigue recordando aun hoy, más de cien años después. Manfred von Richthofen finalmente fue enterrado con todos los honores militares. Tal respeto se había ganado con sus conocimientos aéreos que hasta los enemigos de las potencias aliadas le mandaron una corona en la que ponía "a nuestro enemigo galante y digno".

En la lápida también lo recuerdan como una persona valiente. "Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz". Su legado ha llegado hasta la actualidad donde a menudo se le recuerda en numerosas películas y documentales. Y aun hoy, sus hazañas aéreas siguen siendo ejemplo para muchos pilotos y fanáticos de la aviación.