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Blue Jeans: «¿Que soy un producto de marketing? Pues genial»

Presenta «Algo tan sencillo como estar contigo», que cierra una trilogía, y elige hoy en Madrid al ganador de la canción que acompañará a esta novela.

Blue Jeans: «¿Que soy un producto de marketing? Pues genial»
Blue Jeans: «¿Que soy un producto de marketing? Pues genial»larazon

Presenta «Algo tan sencillo como estar contigo», que cierra una trilogía, y elige hoy en Madrid al ganador de la canción que acompañará a esta novela.

A la promoción de un libro dice Blue Jeans que uno acaba por acostumbrarse. Él lleva ya diez, y siguiendo. «Además, estoy tan contento del resultado que todo es bienvenido». Hablamos con el autor a través del teléfono. Va de un lugar a otro. Responde preguntas, muchas veces idénticas, sonríe, posa para una foto, se pone y se quita su gorra. Vive en Madrid pero nació en Sevilla este joven de nombre Francisco de Paula. Estudió Periodismo y uno de sus referentes es Agatha Christie. Atención a este dato porque quizá nos pueda sorprender en el futuro con una de misterio. Al tiempo.

–Usted ya es autor de una trilogía, «Cartas para Paula», y ahora con «Algo tan sencillo como estar contigo» pone punto final a otra. Lo suyo es publicar de tres en tres?

–Bueno, ten en cuenta que he escrito desde 2009 diez libros. Que la saga de «El club de los incomprendidos» iban a ser cuatro novelas. No me planteo el número que van a formar la historia. Cuando me pongo a escribir el primero no sé si me van a salir tres. Desde luego este final es el que yo quería.

–Y los jóvenes van creciendo con usted, con sus personajes.

–Crecen y maduran. Están en la universidad y no sé que va a ser de ellos. Fíjate que el pasado 1 de enero tenía que entregar esta novela y el día 23 de diciembre estaba hablando con mis padres de cómo salir de una situación del libro en la que estaba.

–No es de los escritores que trabaja en soledad, sino que lo hace a plena luz de la mañana y la tarde.

–Tengo mi oficina en el Starbucks de Callao. Siempre me siento en una mesa que está al lado de la ventana. Me encanta que la gente me pregunte. No me importa nada que se hagan fotos conmigo. Me obligo, digamos, a cumplir un horario y a escribir las horas que necesito. He conseguido tener mi disciplina. Voy todos los días que no estoy de promoción. Llego sobre las nueve, me marcho alrededor de la una de la tarde. Regreso a las cuatro y del tirón hasta las ocho. Tengo un horario de oficina.

–Le pedirán de todo.

–Firmo en muchas servilletas.

–¿Y después puede volver a centrarse en lo que estaba escribiendo? ¿No pierde el hilo?

–Estoy muy concentrado porque me parece que es fundamental. Y me cunde muchísimo.

–Su público es amplísimo. ¿Cómo consigue conectar con niños de 12 años y jóvenes de veintitantos?

–Cada vez me resulta más complicado. Los de 14 y 18 se han hecho mayores. Y otros con solo 12 ya me leen. Tengo que atender a todos y sus necesidades son diferentes. Es necesario buscar el estilo, las palabras, los giros y las frases para conectar. Hallar el equilibrio con la realidad y contar lo que pasa alrededor. Yo narro lo que veo y ellos me cuentan sus vidas. Por eso tengo que estar con los ojos bastante abiertos, escuchar a los chicos... En «Algo tan sencillo como estar contigo» se habla de educación, de sida, de racismo, de drogas, de las relaciones con los padres.

–Menuda responsabilidad la suya.

–Lo sé, y la asumo. Tengo la presión de publicar, la de la editorial, la del lector, y la que yo me pongo. Muchos ojos están pendientes de mí y me encanta.

–¿Y su literatura va a crecer?

–He crecido con ella. Aunque hablemos de problemas en mis novelas el mensaje es siempre positivo, pues bastante negatividad tenemos que aguantar cada día como para no serlo. Yo, además, estuve durante un tiempo perdido, sin saber qué hacer, como en otra onda, y con superación llegué a hacer lo que deseaba. Y es lo que transmito porque lo he vivido.

–¿Y cuando se acercan los chavales a darle las gracias?

–Es como cuando has estudiado una barbaridad para un examen y después sacas unota. No puedes pedir nada más. Yo he visto en mis firmas a chicos y chicas llorando, que me parece increíble y hace que me pregunte el por qué. Me parece algo imposible de asimilar y eso que este libro es el décimo. Pues no me acostumbro.

–Es uno de los autores más activos en las redes.

–Hay que sembrar. Tenemos un canal de Youtube con contenido literario, algo que escasea en el mundo de internet. Y lo hacemos mi novia y yo desde el salón de casa. Hemos invitado a autores jóvenes como Selene, Xuxo Jones o Beatriz Esteban. Son programas de 22 minutos a los que añadimos una cover, vídeos y fotos de ellos. Tenemos 23.000 seguidores, que no es nada, pero para mí es muchísimo porque puedo hacer realidad lo que quería, que es poder hablar de libros.

–¿Qué sería de usted sin las redes sociales?

–Para mí han sido absolutamente fundamentales. Me han hecho. Estoy al tanto casi al minuto. Hay veces que me despierto por la noche y veo cómo vamos. Ya he aprendido cuál es la mejor hora para poner un tuit. No paro.

–¿Y si le dicen que lo suyo es puro marketing, que es producto de ello?

–Pues me parece genial. Tengo que comer y vender libros. Soy un producto, una persona y un escritor. Si se dice de manera despectiva invito a quien quiera a que pase conmigo una temporadita para que vea lo que se curra aquí. Cada uno hace lo que puede y sabe y yo escribo.

–¿Y desconecta?

–Cuesta, pero lo hago. Ahora me iré con mis padres a Sevilla en Semana Santa y después con mi novia a Praga, y ahí me olvidaré de todo porque me esperan meses de no parar de finales de abril a julio. A tope.

–Y hoy se sabrá quién ha ganado su concurso para elegir la canción que acompañará a «Algo tan sencillo como estar contigo»?

–Sí, será en la sala Morocco. Cantarán en directo los finalistas, elegiremos al ganador y mañana lo llevaremos a que grabe un vídeo. Lo hemos pasado genial.

–¿Sigue teniendo la cabeza sobre los hombros?

–No soy más que nadie por vender miles de libros. No estoy ni por encima ni por debajo. Y piso tierra, no me pierdo.