Estreno

«Atrapada en la oscuridad»: Mucho ojo con la invidente

Director:Joseph Ruben. Guión: David Loughery. Intérpretes: Michelle Monaghan, Michael Keaton, Barry Sloane, Andrew Walker. Duración: 86 minutos. EE UU. 2013. Thriller.

«Atrapada en la oscuridad»: Mucho ojo con la invidente
«Atrapada en la oscuridad»: Mucho ojo con la invidentelarazon

En 1967, Terence Young ya demostró con «Sola en la oscuridad» cuánto partido puede obtener un director de ese género tan sobado como es el thriller cuando se trata de un tipo hábil y decide que lo protagonice una atractiva ciega (con los hermosos ojos vacíos, por cierto, de Audrey Hepburn) enfrentada a un bestial homicida dispuesto a lo que sea para conseguir dinero. Joseph Ruben («El buen hijo», «Durmiendo con su enemigo», «El padrastro», títulos, en fin, de curiosos rendimientos económicos pero escaso recorrido estilístico), que muy probablemente revisó la película un par de veces antes de rodar la que hoy comentamos porque guarda con ella ciertos y evidentes paralelismos (aunque tampoco se trata de un «remake», advertimos), nos propone un juego análogo, pero no con los mismos resultados. La fotoreportera Sara Taylor (una inquietante y ambigua Michelle Monaghan, esta semana hay estrenos con mujeres de armas tomar) pierde la vista tras un ataque terrorista en suelo irakí mientras trabaja. Años después, y tras regresar al ático que comparte con su actual pareja, descubre horrorizada, primero, que éste ha sido asesinado por un psicópata que busca una fortuna escondida en la casa y, segundo, que el pasado del joven no era el que creía. O eso parece. Pues bien, al colega de este hombre tan bruto lo encarna el cada vez menos presente en las pantallas Michael Keaton, productor también del filme y a quien los años le han pasado ya una lógica y redonda factura.

La cinta, que transcurre casi íntegramente en el piso, resulta claustrofóbica y entretenida, aunque por momentos no pueda evitar caer en ciertas situaciones bastante poco creíbles, como el tino de la chica a la hora de disparar. Y, claro, no admite comparaciones: la del señor Young nos gustaba más. Sufrimos tanto por culpa de los maltratos a la tierna Audrey... Mientras que con Michelle, ya verán.